Una tira de Calvin y Hobbes: «Cuando crezca no pienso leer los periódicos, pasaré de los problemas serios y tampoco iré a votar», dice Calvin a Hobbes en la primera viñeta. «Es mi forma de quejarme de que el Gobierno no me representa», continúa en la segunda. «Después, cuando todo se vaya al cuerno, podré decir que el sistema no funcionaba y justificaré mi falta de participación», añade en la tercera. Y, en la cuarta, Hobbes apunta que es «un plan ingeniosamente autojustificante», a lo que Calvin apostilla: «Es más divertido criticar las cosas que arreglarlas». Y otra más: Dice Calvin: «¡Estoy harto de oir hablar de responsabilidad personal! ¡Ya he hecho todo lo posible para que el mundo sea un lugar mejor en el que vivir!» Hobbes, asombrado,... Leer más
Cuando habla de que, a lo largo de la historia, se han ido dando desgracias que la humanidad ha vivido como si fueran fines del mundo, dice Adam Zagajewski: «¿Cómo vivir tras tantos fines del mundo? Adorno consideraba que la poesía era imposible después de Auschwitz. Pero la ropa se seca tendida en las cuerdas blancas y resuena la risa de un niño. El niño crecerá y será policía o cura. Por eso creo que, después del fin del mundo, hay que vivir como si no hubiera pasado nada. Naturalmente, es preciso recordar lo que ha ocurrido y pensar en lo que ocurrirá, pero, así y todo, hay que vivir como si no hubiera pasado nada. Dar largos paseos. Contemplar las puestas de sol. Creer en Dios. Leer poesías. Escribir poesías. Escuchar música. Ayudar al prójimo. Hacer la pascua a los... Leer más
Robert Spaemann: «Es una norma ambigua el decir que cada uno debe hacer lo que le gusta. Puede significar que cada uno tiene que habérselas con los gustos de los demás como le apetezca, amigable y tolerantemente, o de manera violenta e intolerante. Puede también significar que cada uno debe respetar los gustos de los demás. Una tal exigencia de tolerancia limita justamente los propios gustos. Se debe dejar claro que la tolerancia no es de ningún modo, como se dice a veces, una consecuencia evidente del relativismo moral. La tolerancia se funda más bien en una determinada convicción moral que pretende tener validez universal. El relativismo moral, por el contrario, puede decir: ¿por qué debo yo ser tolerante? Cada cual debe vivir según su moral y la mía me permite ser violento... Leer más
Uno. La mente de partido que mucha gente tiene dificulta ponerse de acuerdo para encontrar soluciones. Chéjov, refiriéndose a su mundo literario, decía: «En todas nuestras revistas de gran formato reina una atmósfera fastidiosa, de club, de partido. ¡Se ahoga uno! Por eso no me gustan, y no me seduce la idea de trabajar en ellas. El espíritu de partido, especialmente cuando es mediocre y estéril, no ama la libertad y la amplitud de miras». Dos. Aparte de que muchos medios de comunicación están comprados por el poder, directa o indirectamente, y por tanto no informan con limpieza, su misma estructura y la misma mente de muchos periodistas les impide informar bien. Dice David Lodge: «Los periódicos construyen la realidad sobre la que dicen informar, pero no por razones... Leer más
Robert Spaemann: «La indignidad es una característica que sólo poseen las acciones y las actitudes de las personas, esto es, de seres libres de los que esperamos un cierto grado de dignidad para que no nos produzcan una sensación penosa ni vergüenza ajena. El resentimiento, el odio, el fanatismo son actitudes intuitivamente opuestas a la dignidad, y humillar intencionadamente a alguien más débil que nosotros es una acción igualmente indigna que arrastrarse ante alguien más fuerte. La dignidad del hombre es inviolable en el sentido de que no puede serle arrebatada desde fuera. Sólo uno mismo puede perder la propia dignidad. Los demás solamente pueden vulnerarla no respetándola. Quien no la respeta no quita al otro su dignidad, sino que pierde la suya propia. No fueron... Leer más
Robert Spaemann: «Los mayores crímenes del siglo XX, la ejecución de millones de hombres, no sucedieron porque esos hombres fueran supuestamente malos sino porque, según se decía, eran objetivamente perniciosos, es decir, porque dada su pertenencia a una clase o a una raza, se hallaban en una relación antagónica respecto de los hipotéticos intereses de sus verdugos. El relativismo, que prohíbe —si se hace pretendiendo darle validez universal— denominar malos a los actos de esos verdugos, no sería sino la definitiva traición a las víctimas. Quien dice que también se puede matar a la propia madre —dice Aristóteles señalando los límites del discurso— no merece argumentos sino reprimendas». Robert Spaemann. Felicidad y benevolencia (Glück und Wohlwollen, 1989).... Leer más
Robert Spaemann: «Creo que deberíamos emplear la palabra progreso solamente en plural. Hay progresos en medicina, en genética, en la fabricación de bombas atómicas; los hay deseables y los hay indeseables. La idea de que la humanidad globalmente se dirige hacia el progreso en singular, en el sentido de que en su totalidad avanza siempre hacia un mundo mejor, me parece una superstición que ha dominado en Europa durante trescientos años. Pero hoy esa superstición está llegando a su definitivo final». Robert Spaeman. Ética, política y cristianismo (2007). Madrid: Palabra, 2007; 299 pp.; col. Biblioteca Palabra; ed. de José María Barrio, trad. de José María Barrio y Ricardo Barrio; ISBN:... Leer más
Chesterton: «Hay más de un modo de cometer infanticidios, y uno de ellos es asesinar a la infancia sin asesinar al niño». Spaemann: «Hans Jonas ha señalado con toda razón que el paradigma fundamental del comportamiento moral es la conducta del hombre con un niño desamparado». Grandes aplausos a La Huella Digital y a Vagón-bar por su blogocampaña. G. K. Chesterton. Maestro de ceremonias (G.K.C. as M.C., 1929). Buenos Aires: Emecé, 2006; 218 pp.; col. Emecé ensayo; trad. de María Manuela Conde; ISBN: 950-04-2767-2. Robert Spaemann. Felicidad y benevolencia (Glück und Wohlwollen, 1989). Madrid: Rialp, 1991; 285 pp.; col. Cuestiones fundamentales; trad., notas y estudio introductorio de José Luis del Barco; ISBN:... Leer más
Explica Robert Spaemann que «la palabra “multiculturalidad” posee un doble significado. Por un lado apunta en la dirección de que la riqueza del mundo radica en que en él se dan muchas culturas. Pero, por otro, apunta en una dirección opuesta pues la conservación de cada una de esas culturas requiere un espacio suficiente. Pongamos un ejemplo: la cultura del domingo sólo se da en tanto en cuanto el domingo no es una cuestión meramente privada; sólo si es algo público puede entonces desarrollarse un determinado estilo de domingo. Por tanto, multiculturalidad en un mismo territorio, en último término sólo puede significar una cierta eliminación de todas las culturas diversas que conviven en él a favor de una asimilación cultural». Robert Spaeman. Texto de una... Leer más
Para responder a si hemos de relativizar todas nuestras convicciones o hemos de combatir por ellas, Robert Spaemann pone un ejemplo: si tengo la convicción de que la ablación femenina es algo malo, consideraré falsa la convicción contraria y la combatiré; de otro modo no podría considerar mi convicción como tal. Y cuando le preguntan cómo no asociar convicciones con intolerancia, explica que las convicciones son teóricamente intolerantes pero que una intolerancia teórica no implica una intolerancia práctica. Así, continúa, quien prescribe un medicamento no tiene por qué obligar al otro a tomarlo. Es decir: se puede tener la convicción de que no se puede forzar a otras personas en cuestiones de convicción. Robert Spaeman. Texto modificado de una entrevista del año 1999... Leer más
Incluyo en la página breves fichas de dos personajes que, además de su importancia por otras razones, tuvieron un peso particular en la historia de la literatura infantil: Thomas Bewick y William Morris. Del segundo señalo una observación interesante que le dedica Chesterton en Varied Types: por un lado, dice ahí que debemos estarle muy agradecidos por su empeño en embellecer las vidas cotidianas y en reconocer, y hacer que todos reconozcan, la belleza de todos los oficios; por otro, explica que sus limitaciones derivaban de que, aunque buscaba reformar la vida moderna, la odiaba en vez de amarla: con toda su salud y su energía, dice Chesterton, Morris no tuvo el valor supremo de hacer frente a la fealdad de las cosas, no se dio cuenta de que si la Bella se hubiera comportado como... Leer más
Michael Ende: El predicador clama: «¡El dinero lo puede todo! Une a las personas a través del acto de dar y tomar, puede transformar todo en todo, espíritu en materia y materia en espíritu, convierte piedras en pan y crea valores de la nada, se autofecunda eternamente, ¡es todopoderoso, es la forma bajo la que dios está entre nosotros, es dios! Donde todos se enriquecen con todos, ¡se vuelven ricos todos al final! ¡Y donde todos se hacen ricos a costa de todos, nadie paga los gastos! ¡Milagro de milagros! Y si preguntáis, queridos creyentes, ¿de dónde viene toda esta riqueza? Yo os lo digo: ¡viene de su propio beneficio futuro! Su propio provecho futuro es lo que disfrutamos ahora. Cuanto más tengamos ahora, mayor será el beneficio futuro, y cuanto mayor sea el beneficio... Leer más
Octubre de 1956. En la época en la que Nicolae Steinhardt trabaja de ordenanza en el Ministerio de Industria, observa el silencio que hay en los despachos mientras se mueve de un lugar a otro, y dice: «La gente se calla, todos meten las narices en los legajos y en los papeles. No se miran unos a otros. Pero se siente algo. Un silencio cargado, como en El silencio del mar, el gran libro de Vercors (en el que se ve que la dignidad no es una palabra vacía, en el que se canta la poesía del comportamiento —existe una poesía del comportamiento: fíjate en la epopeya de Roldán, fíjate en César, cuya última preocupación, herido de muerte, es cubrirse los pies con la toga—, en el que padre e hija no hablan con el invasor, por muy honrado que este sea, por muy simpático que les... Leer más
Anotación de Nicolae Steinhardt fechada en 1971: «No lo sabía —la respuesta de aquellos a los que se les habla de tortura, de los campos de concentración, de las cárceles, de las confesiones forzadas de los acusados, de los internamientos de políticos en manicomios—, no es una disculpa válida. Nadie está obligado a inventar la pólvora o a descubrir la teoría cuántica. Pero, por otra parte, una inteligencia elemental es un deber. Sobre todo para un cristiano, que tiene que estar siempre alerta ante las tentaciones. Y la estupidez es una tentación. Y no sólo para un cristiano. Y esto a causa de una constatación experimental objetiva: nadie sabe nada, pero todo el mundo lo sabe todo. La ignorancia, la estupidez, el paso a ciegas por la vida y por las cosas, o el paso... Leer más
Un comentario de un amigo de Nicolae Steinhardt, fechado en 1937, en París, «sobre tres fenómenos de nuestro tiempo: la invasión vertical de los bárbaros (...), el reino de los imbéciles, la traición de los hombres honrados. El primero: no es una invasión de bárbaros de otros continentes, sino de sinvergüenzas, una invasión de abajo a arriba. Estos bárbaros ocupan los cargos directivos. El segundo: los estúpidos y los incultos han llegado al poder —en el sentido más categórico— y, a pesar de todas las leyes económicas y de todas las reglas políticas, hacen majaderías, como idiotas que son. El tercero: en lugar de oponerse, la gente honrada adopta expectativas benévolas, hacen como que no ven y como que no oyen; en resumidas cuentas, son unos traidores. No... Leer más
Alistair MacIntyre: «Siempre es peligroso hacer paralelismos históricos entre un período y otro; entre los más engañosos de tales paralelismos están los que se han hecho entre nuestra propia época en Europa y Norteamérica y el Imperio romano en decadencia hacia la Edad Oscura. No obstante, hay ciertos paralelos. Se dio un giro crucial en la antigüedad cuando hombres y mujeres de buena voluntad abandonaron la tarea de defender el imperium y dejaron de identificar la continuidad de la comunidad civil y moral con el mantenimiento de ese imperium. En su lugar se pusieron a buscar, a menudo sin darse cuenta completamente de lo que estaban haciendo, la construcción de nuevas formas de comunidad dentro de las cuales pudiera continuar la vida moral de tal modo que moralidad y... Leer más
Claudio Magris: «No es fácil ser señores enseguida, en las relaciones con el mundo, después de haber estado durante mucho tiempo sometidos: el señorío, la tranquila modestia que no tiene necesidad de afirmaciones ni reconocimientos, esa despreocupación en lo tocante a sí mismos que nos hace más desenvueltos y serenos, nacen de la libertad y la seguridad de las que la persona se ha empapado como cosa natural. La violencia y la injusticia, como cualquier otra penalidad y dolor, son mala escuela, dejan marcas en el rostro y en el alma de quien las sufre; los infelices y los parias son a menudo también desagradables. Pero por eso hay que amarles y ayudarles más, porque la culpa de esas cicatrices que los desfiguran espiritualmente es de quien les ha inflingido esas heridas. Los... Leer más
Una mujer anciana dice a una maestra que conoció años atrás: «La gente de mediana edad comete una equivocación cuando se cree que puede mejorar. No puede hacerlo si no tiene corazón. Y las otras mejoras no importan. No son personas reales, sino sólo pobres imitaciones que intentan parecerse a los anuncios. (...) Se lo aseguro, esa gente era más feliz cuando tenía sus hijos pequeños y luchaba y era auténtica gente de pueblo y no meros turistas. ¿Qué opina usted, señorita Knightly, de todo ese ir arriba y abajo de un lado para otro? (...) Una cosa sí que sé: nuestros mejores años son aquellos en los que trabajamos más y seguimos adelante aunque apenas podamos ver el camino». Willa Cather. En Los mejores años, relato contenido en Los libros de cuentos. Barcelona: Alba,... Leer más
En Sanditon, una obra inacabada de Jane Austen: «A las Beaufort les encantó enseguida “el círculo donde se movían en Sanditon”, por utilizar las palabras exactas, pues ahora todo el mundo debe “moverse en un círculo”; a la preponderancia de dicho movimiento rotatorio pueden atribuirse quizá muchos mareos y pasos en falso». Tomado de Stuart Kelly, La Biblioteca de los libros perdidos (The Book of Lost Books, 2005). Barcelona: Paidós, 2007; 391 pp.; trad. de Miguel Candel y de Marta Pino; ISBN:... Leer más
«Resultaría humillante para los sentimientos de muchas damas si se les hiciera comprender lo poco que en el corazón de un hombre influyen el precio y la novedad de sus vestidos, lo poco que se deja influir por la textura de las muselinas y el mínimo afecto que despierta en él el hecho de que tengan lunares, puntillas o que el tejido sea fino o grueso. Si la mujer es refinada, lo es sólo para su propia satisfacción; ningún hombre la admirará más, ni ninguna mujer le tendrá mayor simpatía. La pulcritud y el estar a la moda bastan a los primeros, y un poco de pobreza o de descuido resultan sobremanera atractivo para las segundas. Sin embargo, ninguna de estas graves reflexiones turbaron la tranquilidad de Catherine». Jane Austen. La abadía de Northanger (The Northanger... Leer más
En el capítulo IX de Un puente sobre el Drina, cuando comienza el año 1878, se introduce un personaje que dominará buena parte de la narración hasta el final: Alí-Hodja, un hombre joven y sanguíneo en aquella fecha, descendiente de quienes cuidaron la Hostería de Piedra durante siglos. Cuando, años adelante, la construcción del ferrocarril reduce mucho el tráfico a través del puente de piedra y acelera las vidas de la gente que le rodea, él «respondía malhumorado, a los que se felicitaban por la velocidad con que ahora podían zanjar sus asuntos, calculando las economías de tiempo y de dinero logradas, que lo que cuenta no es el tiempo que el hombre economiza, sino cómo emplea el tiempo economizado: si lo emplea para hacer el mal, valdría más que no dispusiese de él.... Leer más
Al comienzo de Virtud en la guerra, uno de los relatos de Heridas bajo la lluvia, se cuenta que un tipo deja el ejército y es contratado por la Standard Oil. Y el narrador sigue: «La compañía Standard Oil se diferencia del gobierno de los Estados Unidos en que comprende la importancia del servicio inteligente y leal de un buen hombre y casi siempre se asegura de recompensarlo a costa de otros incapaces. Esta curiosa práctica no emana precisamente de una vocación caritativa de la Standard Oil, en cuyos sentimientos no se podría abrir una veta ni usando cincel y martillo. Sencillamente, la compañía Standard Oil sabe más que el gobierno de los Estados Unidos y hace uso de la virtud siempre que esa virtud le beneficie». Stephen Crane. Heridas bajo la... Leer más
De los relatos contenidos en El ajuar de mamá, Jiménez Lozano dedica unos cuantos a los aires laicos que también corren por la vieja Castilla. En uno titulado «El debido respeto», se narra una escena sucedida cuando el pueblo tiene que ir a votar a una escuela de la que han quitado el Crucifijo y, al entrar un paisano, le dicen: «—¡Descúbrete, Ambrosio! ¡Quítate la gorra! Hay que mostrar respeto. —¡Anda! ¿Y por qué, si ya no está el que habéis quitado, y era el único que era Alguien, ¿no? Porque él tenía respeto para todo el mundo, dijo, pero que había respetos y respetos, y que respeto, respeto lo que se decía respeto, eso era solamente para el que habían quitado, y era el único que era... Leer más
Cuando veo las campañas de prevención del SIDA, o cuando leo muchas declaraciones al respecto, me viene a la cabeza el estadístico animoso que se ahogó queriendo vadear un río de un metro veinte de profundidad media. Pero pienso que, al menos, el estadístico era honrado y se ahogó él mismo, mientras que ahora son muchos los que nos azuzan, diciéndonos a todos: nada, tranquilos, lanzaos, lanzaos, la profundidad media sólo es de un metro... Leer más
Siempre que se habla de superhéroes, de cómic y de cine, oigo en el fondo de mi mente a Tina Turner cantando «We don’t need another hero», una consideración que comparto, quizá porque ya he conocido suficientes. Y pienso también en cómo, al poner a personajes como Bilbo y Frodo frente a superhéroes como Aragorn o Boromir, Tolkien ha contribuido a redefinir el concepto de héroe: personajes involucrados a su pesar en aventuras que preferirían no correr, tipos que no intervienen en las grandes batallas y cuyas hazañas son acciones menores cuya trascendencia futura es desconocida, gente que prefiere la vida ordinaria pero cumple con su obligación cuando llega el... Leer más
Y, en relación a lo de ayer, no está de más recordar que «atacar cosas caducas y anticuadas no supone ningún coraje, no supone más que el que se necesita para agredir a la propia abuela. El hombre realmente valiente es aquel que desafía tiranías jóvenes». G. K. Chesterton. «El miedo al pasado», en Lo que está mal en el... Leer más
Chesterton: «La mitad de los males del hombre moderno es que lo han educado para entender idiomas extranjeros y no entender a los extranjeros. El viajero ve lo que ve; el excursionista ve lo que ha venido a ver». G. K. Chesterton. Autobiografía (Autobiography, 1936). Buenos Aires: Espasa, 1939; 311 pp.; prólogo y trad. de Antonio Marichalar. Otra edición en Barcelona: Acantilado, 2003; 437 pp.; trad. de Olivia de... Leer más
Rafael Alvira: «En toda sociedad moralmente inmadura se da un paralelismo frecuente entre las costumbres de los niños y las de los mayores. Estos abandonan pronto a las otras personas en las relaciones conyugales y contractuales diversas, se cansan de ellas, se sienten decepcionados. No les cansa la relación —pues firman nuevos contratos y se casan de nuevo— sino el “objeto” de ella, la persona o la cosa concreta». Rafael Alvira. Filosofía de la vida cotidiana (1999). Madrid: Rialp, 2005, 3ª impr.; 112 pp.; col. Vértice; ISBN:... Leer más
Chesterton: «De todos los rasgos de la modernidad que parecen señalar una especie de decadencia, no hay ninguno más amenazador y peligroso que la exaltación de los asuntos más nimios y secundarios frente a los verdaderamente grandes y primordiales. Si hay algo peor que el debilitamiento moderno de los grandes principios morales es el reforzamiento de los pequeños principios morales». G. K. Chesterton. «Quedarse en la cama», en Correr tras el propio sombrero (On Lying in Bed and Other Essays). Barcelona: El Acantilado, 2005; 628 pp.; selección y prólogo de Alberto Manguel; trad. de Miguel Temprano García; ISBN: 84-96489-27-2. El artículo original está en Enormes... Leer más
Peter Drucker: «El prototipo de la organización moderna es la orquesta sinfónica. (...) La orquesta funciona porque sus doscientos cincuenta músicos tienen la misma partitura, todos subordinan su especialidad a la tarea común y todos tocan sólo una pieza de música en un momento dado». Peter F. Drucker. «La sociedad de las organizaciones», en La sociedad... Leer más
Una clave para la lectura de La montaña mágica, de Thomas Mann, la da su autor en este texto: «El individuo puede tener presentes toda clase de objetivos personales, de fines, de esperanzas, de perspectivas, de los cuales extrae la energía para los grandes esfuerzos y actividades; ahora bien, cuando lo impersonal que le rodea, cuando la época misma, a pesar de su agitación, en el fondo está falta de objetivos y esperanzas, cuando ésta se le revela como una época sin esperanzas, sin perspectivas y sin rumbo, y cuando la pregunta sobre el sentido último, inmediato y más que personal de todos esos esfuerzos y actividades —pregunta planteada de manera consciente o inconsciente, pero planteada al fin y al cabo—, no encuentra otra respuesta que el silencio del vacío, resultará... Leer más
Para los entusiastas de las teorías conspirativas la mismísima falta de pruebas es considerada una evidencia. Así, la falta de humo es la prueba de que el fuego ha sido cuidadosamente ocultado. Es como el que argumenta «si en esa silla hubiera un gato invisible, parecería vacía; como la silla parece vacía, luego hay en ella un gato invisible». C. S. Lewis. Los cuatro amores (Four Loves, 1960). Madrid: Rialp, 2005, 10ª impr.; 160 pp.; col. literaria; trad. de Pedro Antonio Urbina; ISBN:... Leer más
Vivimos en un mundo tan erotizado que a veces estamos ciegos. «Confundir la lujuria propia del hombre y el deseo que aproxima a los sexos es dar el mismo nombre al tumor y al órgano que aquél corroe». Y, sigue más adelante George Bernanos en Diario de un cura rural, «el mundo se esfuerza, ayudado por el inmenso prestigio del arte, en esconder esa herida vergonzosa». Y, a poco conocimiento de la vida que se se tenga, se sabe que la táctica del avestruz nunca resulta. Georges Bernanos. Diario de un cura rural (Journal d´un Curé de Campagne, 1936). Madrid: Encuentro, 1998; 287 pp.; col. Literaria; trad. de Jesús Ruiz y Ruiz, revisión de Cristina Ansorena; ISBN:... Leer más
Chesterton: «El único medio de volver (a casa) es irme a alguna otra parte, y esa es la finalidad auténtica de viajar y el auténtico placer de las vacaciones. (...) El objeto verdadero de un viaje no es pisar tierras extrañas sino volver a nuestro propio país como en una tierra extraña». G. K. Chesterton. Enormes minucias (Tremendous Trifles, 1910), en Obras completas, tomo I; Barcelona: Plaza & Janés, 1967; 1676 pp.; trad. de Rafael... Leer más
La ironía nos permite ver otra cara de las cosas. Pero cuando es excesiva terminamos viendo más caras de las que tienen en realidad. Del mismo modo que algunas personas que se pasan de vueltas en la interpretación de lo que les sucede acaban creyendo en la teoría de la conspiración, los entusiastas de la ironía pueden terminar viendo las cosas a través de un filtro angustioso. A mí me recuerdan a los cómicos aprendices de mago de los que habla Terry Pratchett en Rechicero que, cuando acuden a la Universidad Invisible, lo primero que aprenden «(aparte de cuál es su taquilla y por dónde se va al lavabo) es que tienen que protegerse constantemente. Algunos piensan que es pura paranoia. Nada de eso. Un paranoico cree que todo el mundo se la tiene jurada. Un mago lo... Leer más