Igual que dije hace unos días hablando de Faulkner, otro autor que tampoco conozco bien es Italo Calvino. Recientemente he leído Punto y aparte, una colección de artículos, conferencias, y otros textos escritos y publicados entre 1955 y 1980.
En ellos hay comentarios sobre su forma de comprender el trabajo de un escritor que tienen interés universal. Por ejemplo, este párrafo: «el esfuerzo de buscar, de pensar, de expresarse con la mayor precisión posible, justamente ante las cosas más complejas, es la única actitud honesta y útil. Conseguir determinar las propias dudas es mucho más concreto que cualquier afirmación perentoria cuyos fundamentos se basen en el vacío, en la repetición de palabras cuyo significado se ha deteriorado por el excesivo uso». O este otro: «En la sátira hay un elemento de moralismo y un elemento de burla. Yo desearía que ambos elementos me fueran ajenos, sobre todo porque no los estimo en los demás. El que ejerce de moralista cree ser mejor que los demás y el que se burla se considera más astuto o, mejor dicho, cree que las cosas son más sencillas de como las ven los demás».
En particular, me han interesado sus explicaciones sobre Los novios, que me han hecho pensar en que debo volver a leerla. Entre otras cosas, dice: «Jamás una novela fue calculada con tanta exactitud como Los novios; todo efecto poético e ideológico está ajustado conforme a una relojería predeterminada y esencial, conforme a diagramas de fuerza muy bien equilibrados. Ciertamente la calidad «manzoniana» de la novela está determinada no tanto por el esqueleto como por la pulpa, y el mismo esqueleto habría podido servir para un libro completamente distinto».
«Manzoni varía constantemente el foco de las lentes de sus anteojos. Una vez seguro de que, a grandes líneas, la maquinaria novelesca y conceptual funciona, realiza un trabajo de ajuste para poner a foco los distintos personajes y los distintos aspectos, aplicándole a cada uno una iluminación distinta, más contrastada o más matizada. Su técnica de retratista procede por aproximaciones sucesivas en las distintas redacciones de la novela, y no está dicho que la última sea mejor que la primera (…). Lo que verdaderamente preocupa a Manzoni no son tanto los personajes como las fuerzas que actúan en la sociedad y en la existencia, sus condicionamientos y sus choques. Esas relaciones de fuerza son el verdadero motor de su narración y el nudo crucial de sus preocupaciones morales e históricas».
Más adelante indica que, «cuando nos damos cuenta de que el papel de la Providencia lo ha interpretado la peste, comprendemos que el discurso ideológico-político barato hace tiempo que saltó por los aires. Las fuerzas que verdaderamente están en juego en la novela son cataclismos naturales e históricos de incubación lenta y estallido imprevisto, que desbaratan el pequeño juego de las relaciones de poder. El cuadro se ensancha, la conexión entre macrocosmos y microcosmos permanece estrecha y a la vez incierta, como en nuestros interrogantes sobre el futuro biológico y antropológico del mundo de hoy».
Italo Calvino. Punto y aparte. Madrid: Siruela, 2013; 384 pp.; col. Biblioteca Calvino; trad. de Gabriela Sánchez Ferlosio; ISBN: 978-8498418293. [Vista del libro en amazon.es]