Séptima y última entrega de esta serie sobre Un buen puñado de ideas, con más ejemplos, no sobre si descartar o incluir textos como los de las notas segunda, tercera y cuarta, sino sobre modos de ajustarlos o afinarlos mejor, como las notas previas, la quinta y la sexta. *** AFORISMO POSIBLE: Si la educación en la escuela es una progresión de una idea a otra, acomodando las ideas en orden, el mundo está ciertamente dedicado día y noche a arruinarla. Pues el mundo le da cosas al niño de cualquier modo, en cualquier orden, con cualquier resultado; le da cosas sin saber que sacará de ellas; le da cosas destinadas a otra persona; le da cosas desde la mañana hasta la noche, ciegamente, locamente, sin sentido ni objetivo; y este proceso, sea lo que sea, es exactamente lo... Leer más
Sexta entrega del «cómo se hizo» Un buen puñado de ideas. Pongo nuevos ejemplos, no sobre si descartar o incluir aforismos como los de las notas segunda, tercera y cuarta, sino sobre modos de ajustarlos o afinarlos mejor, como la quinta. *** AFORISMO POSIBLE: «Progreso» es una palabra inútil, porque da por descontado que ya hemos definido una dirección, y es exactamente sobre la dirección sobre lo que discutimos. LDG: Propongo nueva redacción: «Progreso» es una palabra inútil, porque da por descontado que ya hemos definido una dirección, pero es exactamente la dirección lo que deberíamos discutir. EGM: Veo más sugerente la primera redacción con su «y» adversativa. LDG: Vale. Vuelvo a la primera redacción. *** Teníamos estos dos AFORISMOS... Leer más
Quinta nota, con más ejemplos, acerca de «cómo se hizo» Un buen puñado de ideas. Esta vez, sin embargo, no son sobre si descartar o incluir textos como los de las notas segunda, tercera y cuarta, sino sobre la forma de ajustarlos o afinarlos mejor. *** AFORISMO POSIBLE: Por desgracia, el buen temperamento es a menudo más irritante que el malo. EGM: ¿Cambiamos temperamento por humor, que yo veo más exacto, más español y más gracioso?” LDG: Sí. Lo cambio. *** AFORISMO POSIBLE: Se supone que la libertad religiosa significa que todo el mundo es libre para discutir de religión. Supone que no se permite prácticamente a nadie mencionarla. LDG: Propongo nueva redacción: Se supone que la libertad religiosa significa que todo el mundo es libre para discutir de... Leer más
Cuarta entrega de la serie «cómo se hizo» Un buen puñado de ideas, con más ejemplos sobre si descartar o incluir textos como los de la nota segunda y la tercera. *** AFORISMO POSIBLE: Los inventos han destruido la inventiva. LDG: No lo pongo. Tal como está no es verdad. Podrías decir igual que «los inventos han probado la inventiva». EGM: Ay, el ingenio. Tienes razón. *** AFORISMO POSIBLE: Ni por un segundo sueño en escudarme detrás de una excusa tan transparente e hipócrita como la noción de que haya algo artístico o romántico en ser extravagante. LDG: Se podría poner en YO. EGM: Lo sopesé, pero ¿no te parece que es un aviso de carácter general y no una peculiaridad de su personalidad? LDG: Sí. Lo dejo en SENCILLEZ. *** AFORISMO POSIBLE:... Leer más
Continúo la serie «así se hizo» de Un buen puñado de ideas añadiendo más ejemplos, como los de la nota previa, de nuestro trabajo para decidir si descartar o incluir textos. *** AFORISMO POSIBLE: Una fe es aquello que es capaz de sobrevivir a un estado de ánimo. LDG: Repetido. Está en otro texto más largo sobre Shakespeare. EGM: Tengo mis dudas: me preocupa que en la voz de Shakespeare este aforismo tan afinado pierda individualidad. Pienso que en estos tiempos, donde se da tanta importancia al sentimiento y al testimonio, no está nada mal recalcar que la fe es otra cosa superior. ¿Quizá podría quitarse esa repetición, sin daño, de la cita de Shakespeare, o asumir la repetición? LDG: A ver, este es el aforismo puesto en SHAKESPEARE:... Leer más
En la nota presentando Un buen puñado de ideas decía que la editorial tomó la curiosa decisión de no incluir los nombres de los autores en la cubierta y daba también algunos datos acerca del tiempo que tardamos en preparar el libro. En general, la fase de construcción, el «así se hizo», fue del siguiente modo: yo le enviaba a Enrique textos seleccionados de cada libro de Chesterton, más o menos aforísticos, y Enrique los reducía y me los devolvía convertidos en frases a las que yo, a veces, hacía objeciones que le remitía y a las que contestaba; luego, tomada la decisión final, yo incorporaba o quitaba el texto a la voz correspondiente, e iba preparando el documento final. Pues bien, de los diálogos que figuran en nuestros archivos con vistas a... Leer más
Acaba de publicarse Un buen puñado de ideas, una extensa recopilación de aforismos de Chesterton firmada por Enrique García-Máiquez y por mí. Es un libro de 480 páginas de las cuales 434 contienen entre 5 y 6 aforismos cada una, lo que supone unos 2200 aforismos (no los he contado uno a uno). En lo que se refiere a mi contribución, sus cimientos están en la preparación y la escritura de Gramática de la gratitud —y luego de su versión condensada, editada en Argentina, Chesterton: un enamorado de la verdad—, libros que creo que serán útiles (y que, lógicamente, recomiendo) a quienes deseen poner en un contexto más amplio las muchas frases felices chestertonianas. Como ni en la portada, ni en la contraportada, ni en las solapas se nos menciona ni a Enrique ni a mí, en... Leer más
Decía Chesterton que toda ceremonia depende del símbolo y que todos los símbolos han sido vulgarizados y viciados por las condiciones comerciales de nuestro tiempo. De todos esos símbolos desvanecidos y falsificados, el ejemplo más melancólico es el antiguo símbolo de la llama. En cada época y país civilizado, era una cosa natural hablar de algún gran festival en el que «la ciudad era iluminada». No hay hoy ningún significado en decir que la ciudad se iluminó. No hay razón ni propósito alguno para iluminar la ciudad con motivo de cualquier entusiasmo noble, como haber obtenido una victoria. La nueva iluminación ha hecho que la gente se canse de la forma de proclamar grandes cosas al usarla continuamente para proclamar pequeñas cosas. No ha destruido la diferencia entre... Leer más
Señalaba Chesterton que cuando un historiador dice, por ejemplo, que «la conducta de Alfredo el Grande era completamente correcta de acuerdo con las ideas de su tiempo», debería completarlo añadiendo un «al menos, en lo que yo comprendo de acuerdo con las ideas de mi propio tiempo». Igual que cualquier astrónomo admite que si no ve limpiamente las estrellas puede ser que su telescopio esté sucio, cualquier historiador prudente debe comenzar por señalar que no sólo los héroes del pasado sino también los historiadores del presente son seres humanos y también ellos pueden confundirse. Además, a veces ocurre que un sentimiento de incomodidad acerca de la propia civilización hace que se juzguen otras civilizaciones como aún más incómodas, como el Puritano que quema brujas... Leer más
Decía Chesterton que el hecho de pensar en el pasado sólo a partir de las obras maestras, aquellas que han quedado después de la criba que dejó fuera todas las demás, nos dificulta mucho ver esas épocas tal como fueron, pues los libros que nos dicen más cosas del mundo en el que vivimos son los malos libros. Una explicación de lo anterior la vemos en que si leemos las ficciones de tipo más intelectual conocemos lo que dicen los intelectuales, y lo que dicen muy conscientemente, mientras que si leemos ficciones populares conocemos lo que la mayoría de la gente está diciendo o, más importante todavía, lo que no está diciendo, lo que muchos asumen inconscientemente y por eso ni siquiera piensan en que valga la pena mencionarlo. Esto nos hace pensar, en primer lugar, en... Leer más
Decía Chesterton que una lectura sabia e imaginativa de los antiguos cuentos de hadas normalmente nos muestra que son avisos contra la magia más que anuncios de la magia. Muchos describen las complicaciones y contradicciones en las que se ven envueltos los hombres por lo que, al principio, parecía ser una especie de suerte preternatural. La moraleja de muchos cuentos de hadas es la del cuento de Thackeray titulado The Rose and the Ring: «Fairy roses, fairy rings, turn out sometimes troublesome things». Así son las historias del oro del rey Midas o la admirable anécdota del Black Pudding (del cuento The Three Wishes, recogido por Joseph Jacobs en More English Fairy Tales (1894). Y, del mismo modo, una sabia e imaginativa lectura de los modernos cuentos de hadas muestra la misma... Leer más
Decía Chesterton que, pensando en el arte como una manera de invocar visiones y de construir atmósferas, no imaginaba dos artistas más distintos que Stevenson y Poe, pues tanto las atmósferas de sus relatos como los recursos que utilizaron para crearlas fueron opuestos. El propósito de Poe no era meramente sugerir el horror sino la falta de esperanza, incluso cuando sugería el horror. El de Stevenson era el de no sugerir nunca la falta de esperanza, ni siquiera cuando sugería el horror. Pero, además de las atmósferas morales, también las puramente artísticas son distintas. El método técnico de Stevenson es escueto y afilado: escoge mucho las palabras y es siempre cuidadoso del estilo porque es alguien siempre alerta y despierto. En cambio, el punto donde reside la belleza... Leer más
En cuestiones educativas, como en la vida, advertía Chesterton que un placer puede matar otro placer, como un color puede matar otro color. Cada figura de color requiere un telón de fondo y, a menudo, la figura más brillante es la que tiene un color gris o negro de fondo. Las proporciones entre placer y sobriedad son un problema delicado, como las proporciones entre azul y negro, o gris y oro. Pero es un problema de dar con las proporciones, no de apilar los placeres uno encima de otro. La vida debería estar tan mezclada que haya en todos nuestros placeres un ligero elemento de sorpresa. Los niños entienden eso, pero la cuestión, aquí y ahora, es si tantos niños demasiado precoces no habrán perdido la capacidad de comprenderlo. G. K. Chesterton. «Pleasure-seeking in the... Leer más
Chesterton hacía notar que alguna gente que piensa y escribe acerca de la educación no suele pensar y escribir sobre los niños reales. Decía que un niño es más débil que un hombre si se trata de pelear o de conocer el mundo, pero que de ningún modo es más débil en su voluntad o en su deseo. Por eso, a quienes sostienen que no hay que señalarles lo malo sino hacerles atractivo lo bueno les hacía notar que eso, dicho así, no tiene mucho sentido: los niños tienen más vida que nosotros, lo que no tienen es ley. Lo que tenemos que decirles a los niños es que si rompen la flor no crecerá de nuevo. No necesitamos tanto enseñarles a admirar la flor como enseñarles el mal de romperla. No necesitamos insistirles en que admiren el valor, pues ya lo admiran. Necesitamos enseñarles... Leer más
Decía Chesterton que toda educación es religiosa y lo es especialmente si es una educación que pretende ser no religiosa. La razón está en que o se enseña una doctrina definida acerca del universo, lo cual es teología, o se da una por supuesta, lo cual es misticismo. Hay una atmósfera religiosa en todas las escuelas, y en todas las calles, y en todas partes: ni el alma ni el cuerpo pueden respirar en el vacío. Esto resulta claro si pensamos en que lo más básico en la educación es enseñarle al niño las verdades que creemos que son igualmente verdaderas cualquiera que sea su modo de ser. Es decir, enseñarle un código moral, que creemos que es aplicable a todos los niños, y enseñárselo a este niño concreto precisamente porque es aplicable a todos. Si ser un torturador o... Leer más
En un artículo sobre Ibsen decía Chesterton que la religión es una rara y definida convicción acerca de lo que nuestro mundo es realmente, mientras que la superstición es sólo la aceptación sensata de lo que obviamente es. Los campesinos cuerdos y los cazadores sanos son supersticiosos porque son sanos y están cuerdos: la superstición nace de un razonable temor a lo desconocido y, por tanto, puede ser vista como el lado creativo del agnosticismo. Mientras el hombre supersticioso ve con claridad que el universo es algo que ha de ser temido, el hombre religioso mantiene, paradójicamente, que el universo es algo en lo que podemos confiar. El temor es, ciertamente, la cosa más obvia y, por eso, el temor de Dios es el comienzo de la sabiduría…, pero no el final. En otros... Leer más
En el mundo de la literatura infantil se suele discutir qué autores son los que conectan con los niños y cuáles no, qué historias comprenden mejor y cuáles no. Chesterton decía que los niños pueden disfrutar con todo, incluso con una guía telefónica: eso es el reino de los cielos, disfrutar las cosas sin comprenderlas. Para ejemplificarlo señalaba que, cuando era niño, recitaba de memoria versos de Shakespeare, sin enterarse de lo que decía pero fascinado por sus resonancias sonoras y épicas: por eso, concluye, se podría decir que Shakespeare es un autor para todas las edades. En cambio, señalaba, eso no se puede afirmar de otra clase de poetas, y ponía como ejemplo a Milton, cuyo estilo controlado no es tan fácil que lo aprecie un niño: no es que un niño no pueda... Leer más
En fechas como estas siempre hay quienes afirman que las Navidades están llenas de costumbres anteriores al cristianismo, comentarios a los que Chesterton dedicó algunos artículos. En uno señalaba que no es que haya costumbres paganas en Navidad sino que hay costumbres que han sobrevivido al paganismo, como sobrevivieron al industrialismo y como sobrevivirán al capitalismo. Todos fuimos paganos antes de ser cristianos pero eso no nos hace paganos. En otro apuntaba que decir que las Navidades contienen muchos elementos del paganismo es otro modo de decir que contienen muchos elementos de humanidad. Ahora bien, la naturaleza de la combinación de todos esos elementos depende de la naturaleza de la selección y, por tanto, de la autoridad de quien los selecciona. Por ejemplo, hay... Leer más
Chesterton: La más grande de todas las bendiciones es el boomerang. O, mejor, todas las grandes bendiciones son como el boomerang: todas las cosas sanas que conocemos son boomerangs, son cosas que regresan. El sueño es un boomerang: lo arrojamos fuera por la mañana y vuelve por la noche. La luz del día es un boomerang: la vemos desaparecer en la distancia por la noche y la vemos reaparecer por la mañana (si nos levantamos pronto, cosa que yo he hecho una o dos veces). La misma especie de sensacional curación se da con el continuo retorno de fiestas religiosas y sociales. Tener una institución como la Navidad es como una aventura recurrente y, en cierto sentido, interminable. Una costumbre como la de la Navidad es, por esto, la forma más práctica de resistir a la moda moderna de... Leer más
Chesterton: De alguien decimos que se deja llevar por el sentimentalismo cuando es un esclavo de asociaciones mentales y no sabe aplicar principios e ideas coherentes a las distintas situaciones de la vida, cuando se deja llevar por un favoritismo inconsciente y por prejuicios frívolos. Es el caso de quien dice que los juramentos de un obrero son una profanidad y una indecencia, pero los de un hombre poderoso pertenecen a su vida privada; o el de quien sostiene con firmeza que los ladronzuelos han de ser duramente castigados pero no afirma lo mismo de los especuladores. Es el caso de quien cierra sus ojos a la fealdad, no el que mira la fealdad a la cara y la llama por su nombre. Es el caso de algunos tipos de anarquistas: del plutócrata, a quien le gusta la anarquía porque en la... Leer más
En campaña electoral, tres consideraciones de Chesterton para la vida política: —Lo que convence a la humanidad de la sinceridad de un hombre es que deba seguir sus principios y lo haga yendo en contra de sus sentimientos. La sinceridad se muestra en que uno se rinde ante uno mismo. Por ejemplo, alguien a favor del despotismo no es necesariamente honesto cuando elogia al rey, pero probablemente lo es si le insulta pero le obedece. O un vegetariano que odia la carne no es tan serio como uno a quien le gusta la carne. Del mismo modo, los actos de la justicia no fueron más poderosos cuando se cumplieron con gusto. Al revés, lo fueron cuando se cumplieron con reluctancia. —La teoría de que la libertad, la justicia, etc., se van obteniendo por una política de paso a paso, igual... Leer más
Chesterton: Los antiguos sacerdotes se aprovechaban de la simplicidad de la sociedad. Los nuevos se aprovechan de su complejidad. Las fábulas más primitivas se aceptaban porque no había nada con lo que pudieran ser comparadas. Pero para aceptar muchas fábulas de hoy, que hablan de cosas distantes que ni los niños ni los bárbaros pueden entender, la forma más astuta de hacerlo es dar por supuesto que la gente debería entenderlas, por ejemplo con expresiones como “todo el mundo conoce el luminoso argumento de Lockjaw...” El creyente sólo tiene que creer: ha recibido un mensaje de otro mundo y lo cree. El esnob, sin embargo, recibe un mensaje de este mundo y no sólo tiene que creerlo sino, también, conocerlo, y, más aún, tiene que fingir que ya lo conocía. Las formas... Leer más
Dos citas de Chesterton sobre viejos y nuevos puritanos. —Los viejos hipócritas fingían ser religiosos cuando en realidad eran irreligiosos. Pero los nuevos hipócritas fingen ser irreligiosos cuando en realidad son religiosos. Tartufo fingía estar persiguiendo objetivos celestiales cuando tenía objetivos terrenales. El moderno puritano finge tener objetivos terrenales cuando todo el tiempo (tipo astuto) tiene objetivos celestiales. —Aplicamos la palabra estricto, estrecho, fanático o intolerante, a dos estados mentales que no sólo son diferentes sino opuestos: al de quien es lógico y al de quien es ilógico, al de quien tiene una doctrina neta y al de quien tiene un mero prejuicio (o un sentimiento, o un instinto, si se quiere). Porque un hombre debe tener algo y si no... Leer más
Chesterton: Un clásico es un libro que se puede elogiar sin haberlo leído. Esto no es injusto: simplemente indica respeto por las conclusiones de la humanidad. Asumimos que Beethoven fue un gran músico o que Dante fue un gran poeta. No aceptarlos por no haber escuchado al primero o por no haber leído al segundo, equivale a no creer que el Everest es alto porque nunca lo hemos escalado o que el Polo Norte es frío porque no hemos ido allí. La peor clase de escéptico no es el que duda de Dios sino el que duda de los hombres. G. K. Chesterton. «The Morality of Fieldking», The Illustrated London News, artículo del 11 de mayo de 1907, Collected Works volume XXVII, versión... Leer más
Decía Chesterton que hay dos clases de poesía: la del que mira por la ventana hacia fuera, y la del que mira por la ventana hacia dentro. La canción del cazador que sale por la mañana, cuando la naturaleza está llena de promesas y es mucho más emocionante que la cabaña, y la canción del cazador que vuelve por la noche, cuando la cabaña es mucho más acogedora que la soledad y la frialdad de la naturaleza. Decía también que hay poesía en casi todo, incluso en una dieta. Pero la poesía depende completamente de la simplicidad. Hay belleza humana en la idea de un hombre viviendo de frutos salvajes del bosque o de un jardín, pero deja de haber poesía cuando uno bebe y come los productos que la publicidad anuncia. Y, muchos años antes de que Borges dijera en El oro de los... Leer más
Advertía Chesterton con frecuencia contra la confusión mental, y luego el daño social, que causa el mal uso del lenguaje. Decía que es un planteamiento equivocado el de pensar que la lengua ha de usarse por motivos prácticos. Si fuera así podría ser más eficaz relacionarnos con dibujos. No. El lenguaje, en su forma escrita, existe sobre todo con el propósito de sugerir matices de pensamiento y de iniciar asociaciones de ideas. El lenguaje existe con esa finalidad completamente poética y emocional. Para ese fin toda palabra es importante. Para ese fin cada letra en cada palabra es importante. Las letras son importantes porque componen el color y la cantidad reconocibles de la palabra. No es un accidente que la misma palabra literatura tenga un significado que la conecta con el... Leer más
Decía Chesterton que el hecho de que ninguna cadena es más fuerte que su eslabón más débil es uno de los hechos primarios de la democracia y de la igualdad, y es una verdad en la vida y en el lenguaje. En la vida es verdad en la política, en el comercio, en el periodismo y en muchas otras cosas. En principio, los tontos se fijan hacia dónde se dirigen los más afortunados para ver a dónde nos llevan; al mismo tiempo, los más sabios se fijan en los miembros desafortunados de la sociedad para ver si se quedan atrás. Mientras el imperialismo se fija en los hombres más fuertes, la religión antigua pide que atendamos a los hermanos más débiles. En la gramática lo vemos en que lo más importante son las conjunciones, los elementos más débiles, pues son ellas las que... Leer más
Decía Chesterton que la diferencia real entre una filosofía y una religión es (entre otras cosas) que mientras sólo la gente sutil puede entender la diferencia entre una filosofía y otra, la mayoría de la gente común, de la gente estúpida (como usted y como yo), podemos entender la diferencia entre una religión y otra, porque es una diferencia entre dos cosas diferentes. La diferencia entre dos filosofías es como la diferencia entre dos soluciones de un problema geométrico. La diferencia entre dos religiones es como la diferencia entre el olor de las cebollas y el olor del mar: no se requiere tener mucha cultura para distinguirlos. La gente normal no reconoce una filosofía como una realidad del mismo modo que reconoce una religión como una realidad. Así, una señora sabe... Leer más
Chesterton: Debemos tener un credo más claro acerca del error intelectual y de la responsabilidad moral, a menos que deseemos sufrir el castigo habitual de la confusión mental: el de una ciega y brutal reacción, y el de la reentrada de la persecución cruel. No podemos estar satisfechos con la frase moderna vaga de que cada sentimiento debe ser tolerado en cuanto sea sincero. La sinceridad es un atenuante de cosas parcialmente malas, pero es un agravante de las cosas enteramente malas. Que un hombre sea un mormón sincero lo hace mejor, pero que sea un satanista sincero lo hace peor. Hay teorías tan viles, hay creencias tan abominables, que uno puede soportar su existencia sólo negando su sinceridad. La sinceridad en esos casos no tiene valor moral. Vale tanto como decir que un... Leer más
Decía Chesterton: No respeto a ninguna secta, iglesia o grupo debido a su sinceridad. Respetamos los credos que otros tienen porque deben tener algo bueno, no porque alguien los sostenga sinceramente. Un hombre honesto respeta otras religiones porque contienen parte de su propia religión, es decir, de su visión más amplia de la verdad. Respetaré a los confucianos porque reverencian a los ancianos y mi religión también lo hace. Respetaré a los budistas porque su moralidad incluye ser amables con los animales igual que hace también mi moralidad. Respetaré a los mahometanos porque admiten una justicia general como yo también la admito. Pero no admiro las torturas chinas porque se lleven a cabo con ardor; ni disfruto con el pesimismo hindú porque sea sincero y por tanto... Leer más
Dice Chesterton que casi todos los hechos fundamentales de la humanidad podemos encontrarlos en antiguas historias fantásticas. Así, hay una gran verdad en que todos los viejos monstruos —centauros, sirenas, esfinges, etc.— tenían una humanidad perfecta en su cualidad aunque no así en su aspecto externo. La idea es que no hay nada propio de un pez en el modo de ser de la sirena o que no hay nada caballuno en el modo de ser del centauro, etc. Sus partes humanas son bellas y amables como las de una ninfa o de un héroe, y sus partes animales no afectan a su perfección humana. Con esto se alude a que el hombre es un monstruo y es más monstruoso porque una parte de él es perfecta: la parte inmortal y la mortal del hombre son discordantemente distintas y siempre lo han sido. Y la... Leer más
Algunos comentarios de Chesterton acerca del valor, el interés y la influencia de los relatos policiacos, tomados del libro reseñado hace tres semanas: —«El primer valor esencial de las novelas de detectives radica en que son la primera y única forma de literatura popular en que se expresa la poesía de la vida moderna». —«Un relato detectivesco es, en un sentido especial, un relato espiritual, puesto que se trata de un relato en el que se ponen en duda incluso las simpatías morales». —«El arte nunca es amoral, aunque pueda ser inmoral o, lo que viene a ser lo mismo, moral, pero con una moralidad equivocada. La única emoción, incluso de una vulgar novela de crímenes, tiene que ver con la conciencia y la voluntad, e implica descubrir que las personas son mejores... Leer más
Algunos consejos de Chesterton acerca de cómo escribir y cómo no escribir relatos policiacos, tomados del libro reseñado hace dos semanas. Primero, unos consejos positivos: —«La primera regla fundamental es que el objetivo de un relato de misterio (…) no es la oscuridad sino la luz. El relato se escribe pensando en el momento en que el lector comprende, y no sólo en los muchos momentos preliminares en que no lo hace». —«El segundo gran principio es que el alma de la ficción detectivesca no es la complejidad sino la simplicidad». —«En tercer lugar, (…) el hecho o el personaje que lo explique todo debería ser un hecho o un personaje familiar». Segundo, unos consejos negativos: —«Es una total pérdida de tiempo ver a la policía sospechando de... Leer más
Algunas ideas de Chesterton acerca de cómo han de ser los buenos relatos policiacos, tomadas del libro citado la semana pasada: —Un «principio preliminar: la clave de una historia de misterio radica en que el secreto debe ser simple». —«La cualidad específica de esta clase de relatos es estrictamente eso que llamamos ingenio; es necesario que tengan inventiva, que estén bien construidos y posean agudeza, igual que un chiste en un periódico satírico». —«Un buen relato de misterio debería limitar sus círculos como un águila que está a punto de lanzarse en picado. La espiral debería curvarse hacia dentro y no hacia fuera». —«Para que el novelista pueda matar a alguien, antes tiene que insuflarle vida». —«Un mal relato de misterio se va haciendo... Leer más
Muchos no se dan cuenta de que hay concepciones del mundo en las que hay poesía y otras en las que no la hay. Nos agraden o no, decía en su época Chesterton, el nacionalismo aguerrido de los polacos, el profundo catolicismo de los irlandeses o el fascismo italiano, «son concepciones por las que se puede llevar a los hombres a un verdadero rapto de sacrificio. Las imágenes con las que son presentados al mundo, especialmente al de sus adoradores, el águila de oro o plata, la coraza de San Patricio, el saludo romano, son cosas que de hecho elevan el corazón, y fueron pensadas para que lo elevaran. En pocas palabras, hay en ellas poesía, y la poesía es la cosa más práctica del mundo». En cambio, seguía, no hay poesía ninguna en las doctrinas de los nuevos imperialistas que... Leer más