En cuestiones educativas, como en la vida, advertía Chesterton que un placer puede matar otro placer, como un color puede matar otro color. Cada figura de color requiere un telón de fondo y, a menudo, la figura más brillante es la que tiene un color gris o negro de fondo. Las proporciones entre placer y sobriedad son un problema delicado, como las proporciones entre azul y negro, o gris y oro. Pero es un problema de dar con las proporciones, no de apilar los placeres uno encima de otro. La vida debería estar tan mezclada que haya en todos nuestros placeres un ligero elemento de sorpresa. Los niños entienden eso, pero la cuestión, aquí y ahora, es si tantos niños demasiado precoces no habrán perdido la capacidad de comprenderlo.
G. K. Chesterton. «Pleasure-seeking in the Modern World», artículo del 9 de diciembre de 1922, The Illustrated London News, Collected Works volumen XXXII.