Chesterton: Los antiguos sacerdotes se aprovechaban de la simplicidad de la sociedad. Los nuevos se aprovechan de su complejidad. Las fábulas más primitivas se aceptaban porque no había nada con lo que pudieran ser comparadas. Pero para aceptar muchas fábulas de hoy, que hablan de cosas distantes que ni los niños ni los bárbaros pueden entender, la forma más astuta de hacerlo es dar por supuesto que la gente debería entenderlas, por ejemplo con expresiones como “todo el mundo conoce el luminoso argumento de Lockjaw…” El creyente sólo tiene que creer: ha recibido un mensaje de otro mundo y lo cree. El esnob, sin embargo, recibe un mensaje de este mundo y no sólo tiene que creerlo sino, también, conocerlo, y, más aún, tiene que fingir que ya lo conocía. Las formas antiguas de ignorancia estaban basadas en falsedades. Las nuevas están basadas en hipocresías. El hombre-medicina de los antiguos se apoyaba en la ignorancia de la gente. El supuesto sabio de hoy se apoya en la vergüenza que la gente siente de ser ignorante y en su deseo de ignorar su ignorancia.
G. K. Chesterton. «Old Priests, New Scientists», Illustrated London News, artículo del 23 de agosto de 1913, Collected Works, volume XXIX, versión mía.