Tres textos de Borges acerca del trabajo literario.
Tomo uno de Con Borges. El autor hace un comentario revelador acerca de cuánto trabajo había detrás de su capacidad para la broma y el comentario ingenioso: «Observo cómo se prepara para una charla que debe dar en el Instituto Italiano de Cultura. La ha memorizado frase por frase, y repetido párrafo por párrafo, hasta que cada vacilación, cada aparente busca de la palabra correcta se haya asentado sonoramente en su cerebro. “Mis discursos públicos son como la venganza de un tímido”, dice riendo».
El otro está en El aprendizaje del escritor. Allí le preguntan cuánto tiempo elabora un poema en su cabeza antes de comenzar a dictarlo. Y Borges responde: «Naturalmente, hago borradores mentales que voy probando. Yo leí en Something of Myself (Algo de mí mismo) de Kipling que él probaba cada línea y que solo cuando las había purificado de errores, las escribía. Yo hago lo mismo. Mis primeros borradores los hago siempre caminando por la calle, como ya he dicho antes. Cuando me doy cuenta de que estoy por olvidarlo, dicto lo que tenga. Si no lo hago, me veo obstaculizado por el hecho de tener que retenerlo en la memoria. Luego continúo, puliendo y repuliendo».
Más en general, en ese mismo libro dice lo siguiente: «El oficio del poeta, el oficio del escritor, es un oficio raro. Chesterton dijo: «only one thing is needful, everything» (solo una cosa es necesaria, todo). Ese todo para un escritor es más que una palabra genérica; ese todo para un escritor es literal. Representa lo capital, lo esencial, representa las experiencias humanas».
Alberto Manguel. Con Borges (2004). Madrid: Alianza, 2004; 112 pp.; col. Alianza Literaria; ISBN: 978-8420643410. [Vista del libro en amazon.es]
Jorge Luis Borges. El aprendizaje del escritor (1971-2015). Barcelona: Debolsillo, 2015; 176 pp.; col. Contemporánea; edición de Thomas di Giovanni, Daniel Halpern y Frank MacShane; trad. de Julián E. Ezquerra; ISBN: 978-8490625569. [Vista del libro en amazon.es]