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Viajeros y excursionistas
Sociedad (convivencia) ● SociedadChesterton: «La mitad de los males del hombre moderno es que lo han educado para entender idiomas extranjeros y no entender a los extranjeros. El viajero ve lo que ve; el excursionista ve lo que ha venido a ver». G. K. Chesterton. Autobiografía (Autobiography, 1936). Buenos Aires: Espasa, 1939; 311 pp.; prólogo y trad. de Antonio Marichalar. Otra edición en Barcelona: Acantilado, 2003; 437 pp.; trad. de Olivia de Miguel.
14 mayo, 2006Inmadurez
SociedadRafael Alvira: «En toda sociedad moralmente inmadura se da un paralelismo frecuente entre las costumbres de los niños y las de los mayores. Estos abandonan pronto a las otras personas en las relaciones conyugales y contractuales diversas, se cansan de ellas, se sienten decepcionados. No les cansa la relación —pues firman nuevos contratos y se casan de nuevo— sino el “objeto” de ella, la persona o la cosa concreta». Rafael Alvira. Filosofía de la vida cotidiana (1999). Madrid: Rialp, 2005, 3ª impr.; 112 pp.; col. Vértice; ISBN: 84-321-3264-0.
13 mayo, 2006Prohibido fumar
Sociedad (convivencia) ● SociedadChesterton: «De todos los rasgos de la modernidad que parecen señalar una especie de decadencia, no hay ninguno más amenazador y peligroso que la exaltación de los asuntos más nimios y secundarios frente a los verdaderamente grandes y primordiales. Si hay algo peor que el debilitamiento moderno de los grandes principios morales es el reforzamiento de los pequeños principios morales». G. K. Chesterton. «Quedarse en la cama», en Correr tras el propio sombrero (On Lying in Bed and Other Essays). Barcelona: El Acantilado, 2005; 628 pp.; selección y prólogo de Alberto Manguel; trad. de Miguel Temprano García; ISBN: 84-96489-27-2. El artículo original está en Enormes minucias.
31 marzo, 2006Un prototipo de organización
Sociedad ● SociedadPeter Drucker: «El prototipo de la organización moderna es la orquesta sinfónica. (…) La orquesta funciona porque sus doscientos cincuenta músicos tienen la misma partitura, todos subordinan su especialidad a la tarea común y todos tocan sólo una pieza de música en un momento dado». Peter F. Drucker. «La sociedad de las organizaciones», en La sociedad poscapitalista.
18 marzo, 2006¿Honrosa mediocridad?
Sociedad ● SociedadUna clave para la lectura de La montaña mágica, de Thomas Mann, la da su autor en este texto: «El individuo puede tener presentes toda clase de objetivos personales, de fines, de esperanzas, de perspectivas, de los cuales extrae la energía para los grandes esfuerzos y actividades; ahora bien, cuando lo impersonal que le rodea, cuando la época misma, a pesar de su agitación, en el fondo está falta de objetivos y esperanzas, cuando ésta se le revela como una época sin esperanzas, sin perspectivas y sin rumbo, y cuando la pregunta sobre el sentido último, inmediato y más que personal de todos esos esfuerzos y actividades —pregunta planteada de manera consciente o inconsciente, pero planteada al fin y al cabo—, no encuentra otra respuesta que el silencio del vacío, resultará inevitable que, precisamente a los individuos más rectos, esta circunstancia conlleve cierto efecto paralizante que, por vía de lo…
29 enero, 2006Gatos invisibles
Sociedad (convivencia) ● SociedadPara los entusiastas de las teorías conspirativas la mismísima falta de pruebas es considerada una evidencia. Así, la falta de humo es la prueba de que el fuego ha sido cuidadosamente ocultado. Es como el que argumenta «si en esa silla hubiera un gato invisible, parecería vacía; como la silla parece vacía, luego hay en ella un gato invisible». C. S. Lewis. Los cuatro amores (Four Loves, 1960). Madrid: Rialp, 2005, 10ª impr.; 160 pp.; col. literaria; trad. de Pedro Antonio Urbina; ISBN: 84-321-2749-3.
20 noviembre, 2005Confusión
SociedadVivimos en un mundo tan erotizado que a veces estamos ciegos. «Confundir la lujuria propia del hombre y el deseo que aproxima a los sexos es dar el mismo nombre al tumor y al órgano que aquél corroe». Y, sigue más adelante George Bernanos en Diario de un cura rural, «el mundo se esfuerza, ayudado por el inmenso prestigio del arte, en esconder esa herida vergonzosa». Y, a poco conocimiento de la vida que se se tenga, se sabe que la táctica del avestruz nunca resulta. Georges Bernanos. Diario de un cura rural (Journal d´un Curé de Campagne, 1936). Madrid: Encuentro, 1998; 287 pp.; col. Literaria; trad. de Jesús Ruiz y Ruiz, revisión de Cristina Ansorena; ISBN: 84-7490-515-X.
27 agosto, 2005Vacaciones
Sociedad (convivencia) ● SociedadChesterton: «El único medio de volver (a casa) es irme a alguna otra parte, y esa es la finalidad auténtica de viajar y el auténtico placer de las vacaciones. (…) El objeto verdadero de un viaje no es pisar tierras extrañas sino volver a nuestro propio país como en una tierra extraña». G. K. Chesterton. Enormes minucias (Tremendous Trifles, 1910), en Obras completas, tomo I; Barcelona: Plaza & Janés, 1967; 1676 pp.; trad. de Rafael Calleja.
1 julio, 2005Irónicos paranoicos
Sociedad (convivencia) ● SociedadLa ironía nos permite ver otra cara de las cosas. Pero cuando es excesiva terminamos viendo más caras de las que tienen en realidad. Del mismo modo que algunas personas que se pasan de vueltas en la interpretación de lo que les sucede acaban creyendo en la teoría de la conspiración, los entusiastas de la ironía pueden terminar viendo las cosas a través de un filtro angustioso. A mí me recuerdan a los cómicos aprendices de mago de los que habla Terry Pratchett en Rechicero que, cuando acuden a la Universidad Invisible, lo primero que aprenden «(aparte de cuál es su taquilla y por dónde se va al lavabo) es que tienen que protegerse constantemente. Algunos piensan que es pura paranoia. Nada de eso. Un paranoico cree que todo el mundo se la tiene jurada. Un mago lo sabe».
12 junio, 2005Capacidades infrautilizadas
Sociedad ● Cine | Literatura | SociedadLa literatura y el cine populares enfocan lo espectacular: procuran sobre todo atender a lo extraordinario y no les importa ocultar la parte aburrida de la realidad. Por eso son engañosos: no nos decepcionan cuando los leemos o los vemos sino que nos decepcionan cuando debemos dejarlos y enfrentarnos a lo cotidiano. Por eso podemos decir que actúan como una droga. Por otra parte, es interesante caer en la cuenta de lo que significa la expresión aburrido: en el aburrimiento suelen caer quienes tienen sus capacidades infrautilizadas, quienes no se plantean desafíos personales, quienes han crecido acostumbrados a diversiones inconsistentes.
4 junio, 2005Estos días sospechosos
Sociedad (convivencia) ● SociedadCuando Gandalf quiere averiguar la contraseña de las puertas de Moria ve que las palabras en élfico grabadas encima de las puertas dicen: «Las Puertas de Durin, Señor de Moria. Habla, amigo, y entra». Gandalf prueba un encantamiento tras otro hasta que se da cuenta de que debería haber traducido las palabras élficas como «di “amigo” y entra”»… «Sólo tuve que pronunciar la palabra “amigo” en élfico y las puertas se abrieron. Simple, demasiado simple para un docto maestro en estos días sospechosos. Aquéllos sin duda eran tiempos más felices».
13 abril, 2005Fanáticos del parapeto
Sociedad (convivencia) ● SociedadNostálgicos del pasado, quejosos del presente, temerosos del futuro, fanáticos del parapeto (como decía Thomas Bernhard de sí mismo). Todos ellos piensan que en un lado estamos nosotros, los buenos, en el otro están ellos, los malos. Sí, entre nosotros hay gente que no lo hace bien a veces, pero esto pasa en las mejores familias. Sí, a veces no lo hemos hecho del todo bien, pero en cualquier caso mejor que lo hubieran hecho ellos. Desde luego, entre ellos hay gente que no es tan mala, pero algo raro les debe pasar cuando no están en nuestro lado. Desde luego, no todo lo hacen mal, pero esas cosas también nosotros las hubiéramos hecho bien e incluso mejor. En esas ocasiones se puede recordar el comentario que hacía un desencantado Tolkien a propósito de algunos fanáticos de su obra y de las bobadas patrioteras de mucha prensa inglesa durante la…
31 marzo, 2005Cuando los inocentes se ríen
Sociedad ● SociedadCuando leo algunas etiquetas de vinos suelo pensar que, quizá, la primera del género la escribió un guasón y, como hubo tipos que se la creyeron, el guasón y sus amigos siguieron desarrollando esa clase de textos y, poco a poco, tanto el repertorio de bobadas como el de gente que se las creen ha ido en aumento. Algo así como lo que cuenta Andersen en El traje nuevo del emperador: los sastres-embaucadores dijeron que sólo ven el traje los tontos o los que no son dignos de su cargo; el ministro pensó «como tonto no soy, si digo no que lo veo es que no soy digno…, por tanto hay que elogiar el traje». Y unos se lo creen o hacen que se lo creen y muchos lo elogian o hacen que lo elogian y los inocentes se parten de risa.
10 marzo, 2005