He reunido en esta sección temática varios álbumes que se acercan al tema de la muerte y a ellos habría que añadir los que cito al principio de la nota Álbumes de abuelos. Un primer punto es que, aunque a los adultos este asunto suele interesarnos, pues todos nos damos cuenta de lo difícil que puede ser explicarlo a un niño cuando le toca de cerca, creo que no es adecuado acercarse a él utilizando los libros en plan píldoras medicinales y muchos recurren así a estos álbumes. Un segundo punto es que, aunque los álbumes que incluyo tengan cualidades indudables —por eso los cito—, ninguno me parece satisfactorio debido a la misma simplicidad con la que han de abordar el tema. En esta selección de relatos se toca la cuestión con más extensión, de distintas formas y con más matices. Hecha esta introducción, dos álbumes más.
En La gota de agua, de Inés Castel-Branco, que hila ideas de Raimon Panikkar, se plantea el destino de la vida humana como el de una gota de agua: una persona cuando muere es como una gota que cae al mar, que no desaparece sino que se une a todas las demás y deja de existir como gota. Las observaciones que se van haciendo, que no forman una narración, van acompañadas de imágenes sugerentes y, al final del álbum, de algunas explicaciones en las que se habla de la fuerza de la metáfora y de no renunciar al misterio de la muerte. Con todo, para mí y creo que para muchos, resultan insatisfactorios tanto la destrucción final de la propia personalidad que propone el budismo como el cielo hindú donde cada uno será el otro…
Otro relato es Gracias tejón, de Susan Varley, un gran álbum de hace tiempo que se ha vuelto a publicar recientemente. Un tejón —como el de El viento en los sauces porque tiene un talante parecido y porque sus mejores amigos son Topo y Rana, además de que los dibujos son como los de Sheppard—, ve que se va a morir y se despide de sus amigos antes de irse «por la Gran Madriguera abajo». Sus amigos se quedan tristes pero encuentran cierto consuelo en los recuerdos. Además, y esto está especialmente bien planteado, al final, el narrador dice que Topo caminaba por donde había visto a Tejón por última vez y sigue: «“Gracias, Tejón..”, dijo con suavidad, creyendo que Tejón le oiría. Y, en cierto modo, Tejón le oyó». La narración se cuenta con dos o tres ilustraciones cada doble página, una que ocupa página completa, y otras dos pequeñas en la misma página en la que van las palabras del relato.
Inés Castel-Branco. La gota de agua (2018). Ideas de Raimon Panikkar. Barcelona: Akiara, 2018; 48 pp.; ISBN: 978-8417440046. [Vista del álbum en amazon.es]
Susan Varley. Gracias, Tejón (Badger’s parting gifts, 1984). Madrid: Altea, 1988; 26 pp.; trad. de Juan R. Azaola; ISBN: 84-372-6601-7. Nueva edición en Madrid: Los cuatro azules, 2017; ISBN: 978-8494724527. [Vista del álbum en amazon.es]