Odio la escuela, de Tony Ross y Jeanne Willis, es un álbum muy sarcástico. Comienza diciendo esto: «Esta es la historia de una niña / llamada Honorata Valentón, / que no quería ir la escuela / pues la odiaba con pasión». A las preguntas de un interlocutor, ella va describiéndolo todo del modo más feroz posible: «—Pero ¿acaso no te divertías? / ¿No aprendiste a leer? / —Al contrario —me decía—, / Nos torturan cada día / si tratamos de aprender». Y no sólo todos y cada uno de sus profesores fueron malvados, sino que también sus compañeros «esa bola de embusteros / Todos ellos son villanos, / son piratas, ¡son muy malos!».
Como álbum es excelente: en cada doble página se representan dos, tres o cuatro escenas, todas sin recuadrar, tal vez para indicar que corresponden a un mundo imaginativo. El final sirve para enseñar lo que es un «narrador poco fiable»: Honorata es demasiado fantasiosa y de lo que se ve se deduce que tan mal no lo pasaba en la escuela…
Como relato, algunos temerán tanta ferocidad, que tan bien sabe representar un Tony Ross que disfruta incluyendo toques truculentos en sus excelentes dibujos. En relación a esto se pueden decir varias cosas:
—una, que todo es tan excesivo que su impacto real en el lector —en el sentido de que le lleve a rechazar el colegio— seguramente será escaso…, siempre y cuando el niño o la niña ya conozcan y estén a gusto en el colegio;
—otra, que tal vez mostrarlo a los más temerosos antes de ir al colegio, o a quienes ya tienen dificultades de adaptación, sí podría ser contraproducente;
—y otra más, que refleja una preocupación mía, es si relatos como este no servirán para introducir más a los niños, ya desde pequeños, en la «cultura de la queja», y de la queja un tanto histérica, en la que vivimos.
Tony Ross. Odio la escuela (I Hate School, 2003). Texto de Jeanne Willis. México D. F.: Océano Travesía, 2014; 28 pp.; trad. de Sandra Sepúlveda Martín; ISBN: 978-607-735-265-5. [Vista del libro en amazon.es]