En los libros de vida ordinaria es habitual que los que triunfan con una protagonista chica se prolonguen, más tarde, en libros de protagonista chico. Es el caso de unos libros citados tiempo atrás: Stink, el hermanito de Judy Moody, tiene su propia serie. Pero, por citar un ejemplo antiguo: un clásico español como Celia, de Elena Fortún, continuó más tarde con los libros de su hermano Cuchifritín.
17 agosto, 2010