FORTÚN, Elena

FORTÚN, ElenaAutores
 

Seudónimo de la escritora española Encarnación Aragoneses Urquijo. 1886-1952. Nació en Madrid. Estudió Filosofía y letras. Su marido, Eusebio de Gorbea, militar y escritor, fue quien animó a su mujer a escribir. Murió en Madrid.


Celia: lo que dice
Madrid: Aguilar, 1980, 13ª ed.; 232 pp.; ilust. de Boni; ISBN: 84-03-46096-1; agotado. Otra edición en Madrid: Alianza, 2004, 4ª impr.; 272 pp.; col. El Libro de Bolsillo, biblioteca juvenil; prólogo de Carmen Martín Gaite; ISBN: 84-206-3575-8.

Primer libro de la serie sobre Celia Gálvez y su hermano Cuchifritín, que irá tomando protagonismo en algunas de las secuelas posteriores, en total unas quince, editadas entre 1930 y 1950. En el primer relato, Celia tiene siete años y, a lo largo de sucesivos episodios, la autora presenta su entorno: padres, hermanos, vecinos, y ambiente.


Teatro para niños
Sevilla: Espuela de Plata, 2013; 242 pp.; col. Fábula de Literatura Infantil; texto revisado y corregido por Ángela Olmedo Ayuso; ISBN: 978-84-15177-72-2.

Doce comedias de un único acto, mezcla de fantasía y realidad, con sentido del humor y diálogos ágiles, próximos al lenguaje infantil. Cuatro fueron escritas pensando en que fueran representadas por los niños en casa, cinco en las fiestas de colegios, dos en teatros por niños o actores, y una para muñecos de guiñol pero que también puede ser representada por niños o actores.



Como Richmal CROMPTON con Guillermo, Elena Fortún logró con Celia crear un personaje auténtico: una verdadera niña, lejana de los modelos entonces al uso. A través de sus ojos, Fortún hará contemplar a los lectores un cuadro levemente crítico de la sociedad en la que vivían. Uno de los grandes atractivos de Celia, para niñas-lectoras como entonces era Carmen MARTÍN GAITE, estaba en que Celia «sugería explicaciones alternativas de la realidad, gracias a las cuales se revelaba que las cosas no siempre son lo que parecen». La espontaneidad y el realismo de los diálogos, la observación aguda de las relaciones sociales y familiares, el combate bienhumorado y siempre triunfante de Celia contra las exhortaciones maternales y de los educadores, son cualidades que compensan de sobra los giros coloquiales hoy en desuso, y que hacen de Celia una figurita inolvidable. Sus aventurillas siguen siendo un ejemplo de obra infantil-juvenil que sabe captar «el ritmo de lo cotidiano» y en la que, con toques de humor y de poesía, su protagonista hace compatible una lógica contundente con una visión mágica de la realidad.

De las obras de Teatro para niños la más larga y ambiciosa es Una aventura de Celia donde, una vez más, se satirizan ciertos comportamientos adultos. De las restantes, algunas tienen acentos más antiguos y requerirían un buen trabajo de adaptación si se quisieran representar ahora. Otras, sin embargo, no tendrían problemas para ser puestas en escena tal como están: por ejemplo, Caperucita encarnada, que tiene una heroína de lo más locuaz; o la navideña Miguelito, posadero, un título que no da idea de que la verdadera protagonista es su inolvidable abuela.

Otro libro: Celia en la revolución.

Bibliografía:
—Carmen Bravo-Villasante. Elena Fortún. Madrid: Asociación Española de Amigos del Libro infantil y juvenil, 1986; 78 pp.; col. Temas de Literatura Infantil; ISBN: 84-398-8293-9.


17 agosto, 2010
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