De modo parecido a lo que decía en la nota de ayer, hoy se componen muchos libros infantiles con propósitos educativos explícitos, y se ofrecen menos que, simplemente, presentan una historia real, desconocida, divertida e interesante para todos los públicos, como es El taxidermista, el duque y el elefante del museo, de Ximena Maier.
Se cuenta en él la historia de un elefante africano que pueden admirar los visitantes del Museo de Ciencias Naturales de Madrid desde 1930. Todo comienza cuando lo cazó el Duque de Alba en 1913 y envió su piel al Museo para que tuvieran allí un ejemplar disecado. Después de algunos retrasos, Luis Benedito, el taxidermista del museo, que nunca había visto un elefante africano, empezó su trabajo no sin antes documentarse bien. En 1930 el elefante ya terminado fue mandado al Museo en una extraña procesión, Castellana arriba, y colocado en el sitio que sigue ocupando hoy.
La narración atrae porque se basa en una buena anécdota histórica, bien documentada; porque la secuencia de las cosas que van pasando y del trabajo que han de hacer Benedito y sus ayudantes se muestra con orden y buen humor; porque las figuras resultan cercanas y las distintas escenas, de trabajo o de vida urbana de Madrid, atrapan bien la sensación de «bien pudo ser así». Son toques constructivos hábiles el Dramatis personae con el que comienza el libro, pues divierte y estimula el interés, y la relación final de «Materiales que se usaron» con el importe de cada uno, una excelente doble página conclusiva que pica la curiosidad. Y, ni que decir tiene, resulta gracioso el inesperado desenlace del relato, tan bien comentado en este artículo, donde además se resalta que la historia es un homenaje «al trabajo callado, persistente, vocacional y —también hay que reconocerlo— muy imaginativo».
Ximena Maier. El taxidermista, el duque y el elefante del museo (2018). Madrid: Nido de ratones, 2018; 64 pp.; ISBN: 978-84-947986.