Tar: Una infancia en el Medio Oeste es un libro en el que Sherwood Anderson rememora episodios de su infancia y adolescencia, más o menos cronológicamente, que se desarrollan en ciudades o pueblos del medio Oeste norteamericano. En el primero indica que hablará de sí mismo pero que cambiará su nombre y se llamará Tar, apodo que tenía su padre, un hombre del sur que combatió la guerra de Secesión con el ejército del Norte, que tuvo distintos oficios y se debió trasladar de lugar varias veces pues, sin ser mala persona, era poco fiable. Tar era el tercero de siete hijos y de su madre dice que sobrellevó los muchos inconvenientes de su vida en silencio: en una ocasión escribe que entonces «las mujeres eran las fuertes. A veces mandaban por medio de gritos, a veces por medio de lágrimas, a veces por medio del silencio», y este último era el estilo de su madre.
El narrador recuerda incidentes de distinto tipo en los que se revelaban sus sentimientos de niño aunque también hace notar cómo los observa desde su madurez. Habla de su mundo de deseos en conflicto con lo que hacían sus hermanos mayores y presenta momentos en los que su imaginación se desboca, por ejemplo cuando imagina tumbarse en las vías del tren para que le pasase por encima sin tocarlo y luego poder presumir de la hazaña. Una vez, a propósito de sus relaciones con un abusón del colegio, comenta: «Tar era entonces como fue toda su vida. Dejadle solo, dejadle pensar y fantasear y podrá trazar un plan perfecto para cualquier cosa. Eso era lo que más tarde le permitiría contar historias. Cuando cuentas historias puedes hacer que las cosas salgan bien». Pinta personajes singulares que conoció y rememora el gran afán que tenía por llegar a conocer el mundo, en especial en la época en la que repartía periódicos por las casas.
Se suele decir que Anderson fue un escritor influyente, por su estilo y por sus contenidos, para muchos novelistas norteamericanos, como Richard Ford o Raymond Carver. También para Tobias Wolff, en el que yo he pensado cuando cuenta brevemente cómo hubo una temporada en la que odió a su padre pero que años más tarde llegó la comprensión. Los comienzos de muchas escenas son magníficos, pues atraen el interés y centran el contenido de lo que leeremos a continuación. Uno, que da idea del ambiente habitual de muchos relatos es este: «Ohio en primavera o verano, caballos de carreras trotando en un hipódromo, maíz creciendo en los campos, pequeños riachuelos en valles estrechos, hombres saliendo a arar en primavera, las nueces madurando en otoño en los bosques alrededor de una ciudad de Ohio».
Sherwood Anderson. Tar: Una infancia en el Medio Oeste (Tar: A Midwest Childhood, 1926). Pre-Textos, 2023; 336 pp.; col. Narrativa clásicos; trad. de José Luis Piquero; ISBN: 978-8419633392. [Vista del libro en amazon.es]