Cinco minutos de paz, de Jill Murphy, es un álbum de hace años que ha vuelto a ser editado en castellano. En él vemos a una madre elefanta (la señora Enorme en la primera edición, Mamá Grande en la más reciente) que, cuando sus tres elefantitos van a desayunar y todo alrededor es un caos, decide tomarse un respiro: se lleva una bandeja con el desayuno al baño con la esperanza de estar sola unos momentos. Pero los pequeños le preguntan a dónde va, y por qué —«porque necesito cinco minutos de paz sin vosotros, por eso»—, y todo se complica.
La historia es muy simpática tanto porque las imágenes son graciosas, como por las situaciones que se suceden. Es un buen ejemplo de cómo hacer brotar el humor no sólo de la gracia que tienen las escenas y los personajes, sino de las reflexiones que se avivan en el lector al ver los contrastes entre lo que se muestra y lo que afirman las palabras. Las cosas que ocurren serán, creo yo, más valoradas por los padres que por los hijos más pequeños: el foco está en el agobio de la madre, al principio, y en su enorme paciencia, según avanza el relato.
Jill Murphy. Cinco minutos de paz (Five Minute’s Peace, 1986). Barcelona: Edhasa, 1989; 28 pp.: trad. de Angelina Gatell; ISBN: 84-350-9091-4. Nueva edición en Pontevedra: Kalandraka, 2016; 28 pp.; col. Libros para soñar; trad. de Sandra Senra Gómez y Oscar Senra Gómez; ISBN: 978-84-8464-240-4. [Vista del álbum en amazon.es]