Piranesi es una novela de fantasía esperada con gran interés desde que Susanna Clarke irrumpiera en 2004 con una obra tan monumental —por calidad, sofisticación, extensión y originalidad— como Jonathan Strange y el Sr. Norrell, a la que luego siguió la colección de relatos cortos (escritos antes), también de fantasía, titulada Las damas de Grace Adieu. Es relativamente corta, está bien escrita, tiene una cuidada construcción de puzle, y es original aunque sea deudora de historias sobre mundos alternativos: de Borges o de Diana Wynne-Jones, tal como la misma Clarke ha dicho, entre otras. Además, algunos toques humorísticos recuerdan los de la universidad del Mundodisco, de Terry Pratchett, y dan una clara pista las dos citas que abren el libro: una tomada de El sobrino del mago, la primera de las Crónicas de Narnia de C. S. Lewis, y la otra en boca de un personaje que aparecerá en Piranesi.
El narrador y protagonista es un hombre joven llamado Piranesi —nombre tomado de un grabador italiano del siglo XVIII, Giovanni Battista Piranesi, muy influyente por sus ilustraciones de arquitecturas imaginarias y laberínticas—. La novela tiene siete partes, titulada cada una con el nombre de un personaje. En la primera, «Piranesi», describe con detalle cómo es la Casa, donde vive, un lugar con muchas salas conectadas entre sí, en cuyas paredes hay filas de estatuas de todos los tamaños, y en cuyo piso inferior hay un océano cuyas mareas lo inundan todo periódicamente. La segunda se titula «El Otro», un hombre mayor con quien Piranesi se reúne dos veces por semana y que es el otro habitante vivo de la Casa. La tercera se titula «El Profeta», un tipo que Piranesi encuentra inesperadamente y que siembra en él dudas terribles respecto al Otro. La cuarta se titula «16», nombre de un ser que, según el Otro, es amenazador. La quinta se titula «Valentine Ketterley», un apellido igual al del mago cuya cita es la indicada más atrás que abre la novela. La sexta parte, «La Ola», se refiere a una marea que cubrirá por completo la Casa. Y la séptima, «Matthew Rose Sorensen», da cuenta de quién es este personaje al que se ha ido nombrando cada vez más en las páginas anteriores.
La historia se cuenta por medio de las singulares entradas del diario que lleva el ingenuo Piranesi, que va descubriendo las cosas, a la vez que el lector, por medio de intervenciones de varios personajes y con la consulta de viejos cuadernos donde hizo anotaciones en el pasado. La narración, después de las descripciones iniciales y de las intrigas que se abren sobre la Casa y sobre la identidad de quienes van apareciendo, acaba siendo un relato de misterio con aires policiales. No creo que la etiqueta novela filosófica sea correcta: la novela, dentro de su género y al modo de un rompecabezas, se sostiene por sí misma, tal como la escritora pretende, y atribuir demasiado significado a sus elementos es cargarla con pesos que no pretende llevar. Con todo, que la novela permite muchos comentarios, y que la bibliografía que tiene detrás es mucha más de la que a primera vista se aprecia, se puede ver en lo mucho que ya se ha escrito sobre ella. Por ejemplo, esta entrada sobre los índices de los diarios que Piranesi preparó y en los que se basa para reconstruir su pasado y explicar la situación en la que se encuentra.
Susanna Clarke. Piranesi (2020). Barcelona: Salamandra, 2021; 272 pp.; col. Salamandra Narrativa; trad. de Antonio Padilla Esteban; ISBN: 978-8418363283. [Vista del libro en amazon.es]