Hay bastantes álbumes que comienzan bien pero terminan como pueden: sus autores tienen una idea de partida buena y mucho talento gráfico pero, por la razón que sea, no han conseguido entregar unos álbumes cuyo argumento y desenlace sean plenamente satisfactorios.
Esa impresión he tenido con Tina superfriolera, de la islandesa Lani Yamamoto. Su heroína es una niña que siempre tiene mucho frío, algo que se detalla con todas su rarezas, por lo que no se atreve a salir y se queda en casa cada vez más abrigada, hasta que… La edición del álbum es excelente, los dibujos de línea son elegantes y cuidadosos, las ilustraciones —todas ellas sobre fondo blanco menos algunas con fondos amarillos o naranjas…— están muy bien compuestas. Que Tina se haga un estupendo chocolate y nos dé su receta particular para que lo hagamos nosotros también, mejora el álbum pero no arregla la falta de sustancia de la trama ni el flojo desenlace.
También la he tenido con El río de los cocodrilos, de Gustavo Roldán. En esta historia un tipo de traje rojo llega a donde viven unos cocodrilos y le dice al cocodrilo jefe que acaba de comprar el río…, pero el cocodrilo le planta cara. El talento del ilustrador para contar una historia con dibujos cómicos es innegable y la historia comienza muy bien, pero su resolución no está lograda. Con todo, el álbum puede servir, igual que otros de tipo llamémosle político, para discutir sobre conflctos o cuestiones sociales y demás.
Lani Yamamoto. Tina superfriolera (2013). Madrid: Nórdica, 2015; 44 pp.; trad. de Enrique Bernárdez; ISBN: 978-84-16440-10-8. [Vista del álbum en amazon.es]
Gustavo Roldán. El río de los cocodrilos (2015). Barcelona: A Buen Paso, 2015; 42 pp.; ISBN: 978-84-944076-6-6. [Vista del álbum en amazon.es]