La importancia de cuánto debe la literatura rusa a la obra de Nikolai Gógol la sintetizó Turguenev en su famosa declaración de que «todos hemos salido de El capote de Gógol». Y es que, nos dice Nabokov, si «el formal Pushkin, el realista Tolstoi, el comedido Chéjov» nos han dejado en sus obras momentos en los que se producen como cambios de plano, momentos en los que se nos revelan significados secretos de la realidad, «con Gógol estos cambios constituyen la base misma de su arte». Y, por eso, cuando Gógol abandona cualquier deseo de seguir la tradición literaria y de seguir cualquier lógica, y se deja ir, como en El capote, «se convertía en el mayor artista que Rusia haya producido jamás».
Vladimir Nabokov. Nikolái Gógol (1944). Barcelona: Littera, 2002; 206 pp.; col. Ensayo; trad. de Anna Renau; ISBN: 84-95845-10-5.