Agua y jabón (2)

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Agua y jabón (2)

Sigo con citas de Agua y jabón, el bienhumorado e inteligente libro de Marta D. Riezu:

Entre otras, dice que algunas algunas elegancias domésticas son:
—Besar el pan cuando ha caído al suelo.
—El comportamiento ejemplar de las cerillas: baratas, rápidas, cumplidoras.
—Un lápiz al que se acaba de sacar punta, orgullosísimo.
—Persignarse antes de empezar el viaje.
—A lo lejos, el silbido ascendente del afilador.
—Las olivas con hueso. Despojarlas de su esqueleto es quitarles personalidad. Lo relleno siempre es fraudulento.
—La fotogenia de un vaso de leche.

Hay una parte del comportamiento elegante que tiene que ver con el uso del dinero:

—«Los que hemos ganado cada duro a pulso disfrutamos la vulgaridad de ir con efectivo por la vida. A pesar de lo práctico de pagar con el móvil, nada es tan elocuente como dejar un billete de propina para que nos guarden la mesa de siempre. Yo seguiré llevando siempre algo encima, ni que sea para fastidiar al big data».

—«Los míos no sabían mucho de economía, así que me enseñaron solo lo básico: sé prudente, recuerda de dónde vienes, gasta siempre menos de lo que ingreses».

—«Acerca de invitar o no invitar: no es cuestión de feminismo ni patriarcado ni dinámicas de poder ni tradición ni nada. Hay que invitar por decencia, por amistad y por respeto. Y si el otro nunca saca la cartera: se jode uno, pero ni mu».

—«Cuando uno empieza a ganar un sueldo puede sentirse tentado a comprar cada vez más caro, en una imaginada escalera de estatus. Pero la buena compra no funciona por peldaños, sino por puertas que uno va abriendo hasta que encuentra aquellas en las que se siente como en casa».

—«Criterio. Comprar o no comprar es cuestión de presupuesto, pero comprar bien o comprar mal es cuestión de cultura».

Otra parte del comportamiento elegante cabe describirlo con el estilo («lo que repetimos a nuestro pesar», dice la autora):

—«La virtud está en algún lugar entre el exceso agobiante y el falso minimalismo, acomplejado y frío».

—«El minimalismo no habla de rodearse de pocas cosas, sino de apartar todo lo que distrae y se interpone en el camino de lo necesario».

—«Ante el horroroso afán de lo rentable elijo caminar del bracete con lo que no tiene valor. Ese rato mirando por la ventana, ordenando los discos, limpiando con cariño la bicicleta o haciendo el muerto en el mar; ese rato que no se puede pesar ni medir favorece un estado mental en el que el mundo simplemente nos acepta siendo, sin tener que demostrar nada».

—«La rutina es una lucha constante de puesta a punto. Empezar y concluir una tarea minúscula es un arte infravalorado».

—«Aunque soy católica, a ratos tengo la tentación de inventar un credo propio, como hizo el argentino Federico Manuel Peralta Ramos con lo que él llamó la religión gánica: «Hacer siempre lo que a uno le venga en gana, creer en el gran despelote universal, no mandar, no mitificar nada, regalar dinero y dejar a Dios tranquilo»».

—«Hasta hace no tanto, la intimidad era un tesoro y la ostentación un pecado. Sigue existiendo, aunque cada vez menos, esa España reservada y cautelosa que veíamos en los pueblos de Ortiz Echagüe».

Bueno, y basta, que podría poner muchas más citas. Mañana pondré citas de otros autores a los que recurre Riezu.

Marta D. Riezu. Agua y jabón (202e). Barcelona: Anagrama, 2022; 96 pp.; ISBN: 978-8433961334. [Vista del libro en amazon.es]

 

14 octubre, 2025
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