Con motivo del 70 aniversario de Lucky Luke, el historietista francés Matthieu Bonhomme publicó El hombre que mató a Lucky Luke, un cómic excelente que homenajea de la mejor forma posible a Morris (y a Goscinny). Su relato empieza cuando, en la primera página, vemos a Lucky Luke recién muerto en un duelo; a continuación el narrador retrocede a unos días para mostrar a Luke llegando a Froggy Town, donde el sheriff le pide que deje su arma, y donde pronto le dirán que acaba de ocurrir un asalto a la diligencia que traía el oro de los mineros y que si se puede ocupar del asunto. El relato tiene todos los rasgos formales y de contenidos que tenían los cómics previos, a los que hay guiños que los entusiastas del personaje reconocerán. Pero tiene un inteligente añadido de interés: es sabido que, a partir de 1983, desapareció el cigarro que Luke llevaba entre los labios siempre, para ser sustituido por una pajita; en este álbum es igual pero toda la historia Luke se la pasa queriendo encontrar tabaco para liar unos cigarrillos, propósito que, por unas u otras razones, se va frustrando vez tras vez. El autor declaró que, cuando era joven lector y ocurrió eso, para él fue muy extraño y entonces leyó a un periodista que Lucky Luke murió cuando dejó de fumar.
Matthieu Bonomme. El hombre que mató a Lucky Luke (L´homme qui ta Lucky Luke, 2016). Madrid: Kraken, 2016; 64 pp.; trad. de Marcos Randulfe; ISBN: 978-84-16435-13-5. [Vista del álbum en amazon.es]