Se ve que Frank Cottrell Boyce, ganador del último premio Carnegie por Lluvia de millones, es un bromista nato (quizá influya lo de ser padre de siete hijos). Cuando le preguntaron cuál es su santo favorito dijo que San Piro, a quien también cita el pequeño Damian en el libro, un santo galés al que encontraron con una borrachera de muerte en el fondo de un pozo pero al que hicieron santo por un error administrativo. Un santo así, dice, nos da esperanza a todos.
12 octubre, 2005