Como anuncié, pongo algunas notas más de Fractal.
Reflexiones:
—Qué hermosa frase oída al paso, entre dos buhoneros que comentaban lo arrastrada y lodosa que les ha venido a estas alturas la vida: «No tengo nada, y la mitad me sobra». Qué estoicismo tan español.
—Se me ocurrió de pronto que un tonto contemporáneo no habría dicho jamás ora et labora, sino ora y/o trabaja, y eso me hizo sonreír para mis adentros, feliz de haber encontrado tal fruslería, porque contra lo que se piensa, a alguien como uno, que sigue en el mundo y está muy lejos de salvar su alma, los tontos contemporáneos pueden ponerle de muy buen humor sin saber por qué.
El orden secreto del mundo:
—Quien ha sido alguna vez feliz, quien ha experimentado en algún momento la belleza, sabe que una y otra son invocaciones más o menos potentes a la muerte. El miedo a perder una y otra nos vuelve, dicen, temerosos, piadosos y sumisos para con el destino. Puede.
—Ha de creer uno en cierto orden secreto y poético de la realidad, porque después de lo ocurrido no debe ser tenido como tropiezo casual hallar las Meditaciones de Marco Aurelio, cuando buscaba otro libro, atravesado en su estante. ¿Quién las habrá sacado de su sitio? Dentro de los hechos nimios pero extraordinarios de una casa, uno es ese de que hayan aparecido las Meditaciones de Marco Aurelio fuera de su sitio, precisamente hoy, después de la muerte del tío V. Abierto al azar, he estado una hora leyendo. Le entusiasmaba Marco Aurelio.
—Los hombres levantaron catedrales y Bach escribió sus cantatas porque tenían fe. Si la gente canta ahora en las iglesias esos remedos yeyés es porque han empezado a tener serias dudas sobre la existencia de Dios. Y ni que decir tiene que cada vez que oímos a Bach o entramos en una catedral con cierta disposición de ánimo, Dios resucita.
Lecciones para la vida:
—No quejarse, ni siquiera cuando se va pasando la anestesia.
—Enamorarse no depende de ti, pero seguir enamorado cada día de la misma persona, sí.
—No proponerse nada que sea fácilmente alcanzable, al igual que jamás sentirse superior a un tonto, porque ambas son cosas que degradan. Solo vale la pena intentar aquello que no está claro que vayamos a conseguir, y relacionarse con quienes son más grandes que nosotros. Compararte con quien mide dos metros tal vez no te hace más alto, pero desde luego te hace mucho más pequeño medirte con un enano.
—El día de mañana está muy sobrevalorado, porque el día de mañana, no hay que engañarse, no va a llegar nunca (Zenón de Elea).
—Si la fortuna es de los audaces, el mundo pertenece a los tenaces.
—«Sin pena ni gloria» debería ser nuestro lema, el de todos aquellos a los que la falta de gloria no causa pena.
Andrés Trapiello. Fractal: del Salón de pasos perdidos (2024). Madrid: Alianza editorial, 2024; 816 pp.; col. Alianza Voces; ISBN: 978-8411487603. [Vista del libro en amazon.es]
