Me ha gustado, como esperaba, La belleza, de Roger Scruton. Ya, en el comentario que hice a su libro Cómo ser conservador, citaba varios párrafos suyos dedicados a esta cuestión. Dos ideas de las que ahora tomé nota son:
Una, que «la cultura representa una inversión constante durante muchas generaciones, e impone obligaciones enormes y desde luego no siempre bien expresadas; en especial, la obligación de ser distintos y mejores de lo que somos, de todas las formas que puedan ser valiosas a los ojos de los demás. Las costumbres, la moral, los preceptos religiosos y el decoro nos forman en este aspecto y constituyen el núcleo central de cualquier cultura».
Otra, que «el juicio estético siempre apunta en dirección contraria a nuestras imperfecciones y fallos habituales, hacia un mundo de ideales nobles»; esto quiere decir que «nos impone (…) unos referentes a cuya altura hay que estar, un mundo de ideales y aspiraciones que se encuentra en abierto conflicto con el mal gusto de nuestras vidas improvisadas»; y quiere decir también que «el arte es enemigo de la adicción a los efectos», de cualquier disneificación que se apoya en estereotipos almibarados.
Roger Scruton. La belleza (Beauty, 2011). Barcelona: Elba, 2022, quinta reimpr.; 261 pp.; trad. de Jordi Ainaud i Escudero; ISBN: 978-84-945524-5-8. [Vista del este libro en amazon.es]