Leí A Boy and a Bear in a Boat, del inglés Dave Shelton, porque en su momento me habló muy bien de él una amiga experta: al principio me desconcertó pero luego, cuando me dejé llevar sin intentar encontrar mucha coherencia, lo disfruté. Comienza el relato presentando, sin más explicaciones, a un niño y a un oso solos, en una barca en alta mar; el oso es el piloto, el niño no sabe muy bien qué hace allí y desconfía de la pericia y seguridad en sí mismo que demuestra el oso; en la barca, llamada Harriet, hay una maleta, un cómic y un ukelele; la narración es una sucesión de incidentes, discusiones y acuerdos entre los protagonistas. El atractivo del relato está en la personalidad del oso, ingenuo y amable pero también terco, en la descripción del curso de pensamientos del niño (que no piensa para nada en otro mundo distinto al de la barca), en las discusiones absurdas que se dan entre los dos. La historia puede hacer pensar en Calvin y Hobbes pues a fin de cuentas podemos considerar al oso como un juguete que cobra vida propia cuando el niño está a solas con él; o en un sueño absurdo en el que no sabemos como hemos entrado y del que no sabemos como salir y donde todo se desarrolla con su propia lógica. Son muy simpáticos los dibujos de línea que acompañan los incidentes, algunos un tanto sobrecargados y alguno de tipo fantástico distinto a todos los demás. Es una buena lectura en voz alta, para quien sepa inglés, con aliteraciones sonoras y palabras poco comunes en un libro infantil —por ejemplo, «imprevistas anomalías» es el título del segundo capítulo donde algunas tormentas zarandearán a Harriet y sus tripulantes—.
Dave Shelton. A Boy and a Bear in a Boat (2014). Yearling, 2014; 304 pp.; ilust. del autor; ISBN: 978-0440870746. [Vista del libro en amazon.es]