Después de los relatos mencionados ayer, da más idea del nivel de Irmgard Keun su novela, que también se podría llamar diario, Después de medianoche, publicada en Amsterdam en 1937 y ambientada en la Alemania nazi de los años previos. Para comentarla recupero y resumo una reseña que, hace unos años, hizo sobre ella Pedro Antonio Urbina en Aceprensa.
Su protagonista es «una chica de provincias, huérfana, que se marcha de Colonia —de la casa de su tía en la que vivía—, atemorizada por una acusación política de cuyas consecuencias se libra de modo inexplicable. En su lucha por lograr cierta seguridad e independencia, se establece en Francfort, en casa de su hermanastro escritor. Su novio en Colonia iba a poner un estanco para que pudieran vivir juntos; pero es apresado por falsas acusaciones políticas. Una vez libre, y los dos en Francfort, inician la huida a Suiza para crear una familia».
Como Keun había sufrido el secuestro de sus libros anteriores, en «Después de medianoche recoge el ambiente político social que es consecuencia del nazismo reinante, con esa ironía y ese humor crítico penetrantes, agudos e inteligentes, que motivaron la persecución policial de la escritora; recoge también la novela su autobiografía de aquellos momentos: sin duda su relación con Joseph Roth está disfrazada en el caos de sus vivas y expresionistas descripciones».
Además de su carácter de testimonio histórico, la obra de Keun «es una pieza literaria de primera categoría. La rabia ante la injusticia, la inseguridad, el miedo…, traen como consecuencia el desconcierto moral, las ganas desordenadas de vivir, el caos». Todo eso está en la misma estructura de la obra, «en el trazo breve y fuerte de sus muchos personajes, en la variedad de modos de decir, de hablar, hasta de la misma protagonista (recurso frecuente en la literatura alemana moderna): desde la torpeza casi necia de la chica de provincias (recurso magistral en Lenz), hasta la desenvoltura a la moda de la joven sola, siempre Irmgard Keun».
«A veces, la prosa de la autora tiene aliento fuertemente lírico, y hay párrafos de una gran sensibilidad que parecen poemas. Así acaba este libro: «El banco es sumamente duro e incómodo, pero tú estás conmigo. Y ahora vamos a dormir. Cuando nos despertemos, necesitaremos mucha energía. Aún hay estrellas que brillan detrás de espesas nieblas. Mañana, Dios mío, envía un poco de sol»».
Irmgard Keun. Después de medianoche (Nach Mitternacht, 1937). Barcelona: Minúscula, 2001; 162 pp.; col. Alexanderplatz; trad. de Carmen Gauger; ISBN: 84-95587-06-8.