Así como hay muchos relatos sobre niños víctimas de la locura nazi, conocemos muchos menos de quienes sufrieron la barbarie del totalitarismo comunista y soviético. Pero no sólo por ese motivo vale la pena conocer La estepa infinita, de Esther Hautzig, sino también por ser un relato bien escrito, bienhumorado pese a la dureza de las situaciones que han de vivir tanto Esther y su familia como muchos otros deportados.
10 diciembre, 2008