Si el que cité ayer es un libro singular que habla de cómo se arman las historias, también lo es, y mucho, Romance, de Blexbolex, un libro-álbum que hace pensar en lo mismo, en los relatos que nos cuentan y en los que nos contamos a nosotros mismos.
El autor reitera siete veces una misma narración para mostrar cómo el mundo de un niño —o de un lector—, se puede ir ensanchando real e imaginativamente cada vez más. El relato se cuenta con imágenes cada una de las cuales lleva, debajo, sólo dos palabras. La primera vez vemos tres imágenes y, debajo de cada una, pone: la escuela, el camino, la casa. La segunda vez son cinco: la escuela, la calle, el camino, el bosque, la casa. La tercera ya son nueve: la escuela, el desconocido, la calle, el puente, el camino, los bandidos, el bosque, la bruja, la casa. Etcétera.
El libro es extenso: las dos últimas versiones son ya muy ricas y permiten un gran vuelo imaginativo pues incluso dejan momentos en blanco. De forma tan sencilla como eficaz el autor presenta cómo un niño (y no sólo un niño…), en su vida cotidiana puede acumular observaciones e imaginaciones en las que se mezclan lo real y lo vivido en otros momentos o en otras ficciones, y a partir de ahí puede fantasear o fabricar sus propios relatos. El eco que la historia despierta en nosotros tiene que ver también con el parecido que podemos ver entre nuestras vidas y el juego que se nos propone: el autor repite varios puntos en el argumento para construir la historia y deja que el lector, apoyado en esos puntos, siga el relato e imagine variaciones posibles.
Blexbolex. Romance (2013). Barcelona: Libros del Zorro Rojo, 2013; 284 pp.; col. Aprender y descubrir; trad. de Palmira Fixas; ISBN: 978-84-941041-8-3. [Vista del libro en amazon.es]
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