La segunda parte de La desaparición de la niñez, de Neil Postman, centrada por completo en la sociedad norteamericana, tiene los acentos pesimistas habituales de otros libros del autor y es lúcida en muchas de sus observaciones. En su opinión, bien explicada, el fin de la niñez como institución empieza cuando se van concretando todas las ideas implícitas en el descubrimiento del telégrafo. «La niñez se basaba en los principios de la información administrada y el aprendizaje consecutivo. El telégrafo inició el proceso de arrebatar al hogar y a la escuela el control de la información. Modificó el tipo de información a la que accedían los niños, su calidad y su cantidad, sus secuencias y las circunstancias en que era experimentada».
Luego, «paralelamente al desarrollo de la comunicación eléctrica, se desplegó (…) la revolución gráfica: el surgimiento de un mundo simbólico de imágenes, caricaturas, carteles y anuncios. Sumadas, las revoluciones electrónica y gráfica representaron un ataque no coordinado pero poderoso al lenguaje y a la alfabetización». Esto llegó a su cumbre, sigue Postman, con la universalización de la televisión: con ella se «borra de tres maneras la divisoria entre niñez y adultez, las tres relacionadas con su accesibilidad indiferenciada: en primer lugar, porque no exige instrucción para comprender su forma; en segundo lugar, porque no plantea demandas complejas a la mente ni al comportamiento; y, en tercer lugar, porque no divide a su público». Se puede decir que «la televisión recrea las condiciones de comunicación que existían en los siglos XIV y XV».
Así que, según Postman, el niño tal como lo entendieron muchos en el pasado es una especie en vías de extinción. Entre otras manifestaciones, afirma, esto se nota cuando vemos la fusión cada vez mayor entre las perspectivas infantiles y las adultas, o cuando comprobamos que lo que entretiene al niño también divierte al adulto. Postman no ve con agrado ni optimismo esta evolución (y eso que él no llegó a ver los cambios de las dos últimas décadas), y piensa que este ocaso de la niñez supone la decadencia definitiva de la cultura norteamericana. También termina indicando, con poca fuerza pero con claridad, que las esperanzas sólo residen allí donde las familias cumplen bien su misión educativa: en este punto, al leerle he recordado algunas observaciones de Tras la virtud.
Neil Postman. La desaparición de la niñez (The Disappearance of Childhood, 1982). Barcelona: Círculo de Lectores, 1988; 206 pp.; trad. de Margarita Cavándoli; ISBN: 84-226-2695-0.