Otro relato para la vuelta del verano de los políticos y, en general, para cualquiera deseoso de comprender en qué clase de mundo vivimos: Flores para Algernon, de Daniel Keyes. El protagonista descubre y sufre que los médicos que intentan aumentar su inteligencia con tratamientos experimentales no son más que «hombres vulgares trabajando a ciegas, pretendiendo poder hacer la luz en las tinieblas».
19 septiembre, 2008