A quien haya leído los libros de Jeff Kinney del Diario de Greg no le sorprenderá la nueva entrega, Carretera y manta. Esta vez Greg cuenta un viaje veraniego en coche de toda la familia, una idea que su madre sacó de una revista con idea de «hacer cosas que nunca habíamos hecho y vivir “auténticas” experiencias». La historia es lineal aunque, como siempre, hay recuerdos de sucesos del pasado. Se multiplican los incidentes, en hoteles y parques, y no faltan las averías y toda clase de contratiempos, incluidos enfrentamientos con otros turistas.
Uno de los motivos por los que los libros de Greg tienen tanto éxito entre sus lectores naturales está en que ponen por escrito pensamientos de irritación o cansancio que un niño tiene pero, muchas veces, no sabe cómo expresar. Por ejemplo: «lo que MÁS me fastidiaba era que mamá no dejaba de dar órdenes durante todo el viaje. Siempre intenta enfocarlo todo desde el punto de vista pedagógico, y adiviné que iba a transformar esta experiencia en una clase interminable».
Sin duda un libro así puede hacer más protestón al niño, al hacerle consciente de cómo formular aquello que le incomoda, pero no está de más recordar que si hay que echar la culpa de eso a alguien no es al libro (cuando un niño lee y aprende retórica también aprende a insultar mejor…). Por otro lado, el libro deja claro que el niño se da bastante cuenta de lo que hace mal y, por supuesto, de que hay que cosas que le apetecen que son tonterías. Por ejemplo: al hablar de unos libros titulados Los ladrones de calzoncillos, dice Greg que sabe bien que «suena algo ridículo, pero esos libros son de verdad muy graciosos». Y lo mismo sucede con los libros de Greg: son ridículos, sí, pero muy graciosos.
Jeff Kinney. Diario de Greg: Carretera y manta (Diary of a Wimpy Kid. The Long Haul, 2015). Barcelona: RBA Libros, 2015; 217 pp.; trad. de Esteban Morán; ISBN: 978-84-272-0874-2. [Vista del libro en amazon.es]