Madrid: Anaya, 1993; 249 pp.; col. Tus libros; ilust. de Alicia Cañas; introd. y apéndice de Juan Tébar; trad. y notas de María del Carmen Beaven Villarino; ISBN: 84-207-5631-8.
Ocho relatos, todos ellos sin Flambeau, uno en Sudamérica, varios en los EE.UU. Para mí destacan: El oráculo del perro o la importancia de tratar a los perros como perros; El milagro de la calle de la Media Luna o lo natural que resulta creer en lo sobrenatural.
Luego están: La resurrección del P.B., el único relato donde el P.B. sufre una agresión y que tiene lugar en la costa septentrional de Sudamérica; La saeta del cielo, o cómo el P.B. averigua quién es el asesino de un millonario pero lo deja huir; La maldición de la cruz de oro, un caso relacionado con la arqueología en el cual el P.B. afirma que «resulta mucho más natural aceptar un relato sobrenatural que se refiera a cosas que no comprendemos, que aceptar un relato natural que se oponga a las cosas que comprendemos»; El puñal alado, donde se cuenta por qué al P.B. le daba un estremecimiento cada vez que colgaba su sombrero en el perchero; El sino de los Darnaways, un caso trivial oscurecido por una vieja leyenda de aristócratas arruinados; El fantasma de Gideon Wise, para el P.B. el ejemplo más extraordinario de la teoría de la coartada.