
Caperucita es enviada junto a su abuela con un mandato explícito de su madre: «No te apartes del camino». Pero ella se desvía y pierde tiempo, lo que permite al lobo llegar antes a casa de la abuela. El lobo las come a las dos pero un cazador que pasaba por allí las saca de la barriga del lobo, que llena después de piedras para que caiga en el río y se ahogue. El cuento termina con Caperucita pensando: «ya no te volverás a desviar en toda tu vida del camino, si tu madre te lo ha prohibido».
21 noviembre, 2006