Ilustrador norirlandés. 1977-. Nació en Port Hedland, Australia. Creció en Belfast. Se graduó en la Universidad del Ulster en el 2001. Autor de varios álbumes muy premiados. Vive y trabaja en los Estados Unidos.
Perdido y encontradoMéxico: Fondo de Cultura Económica, 2005; 27 pp.; col. Los especiales de A la Orilla del Viento; trad. de Jorge Luján; ISBN: 968-16-7759-5. [
Vista del álbum en amazon.es]
Historia sobre un niño que un día encontró un pingüino simpático pero triste. El niño, no tan simpático como el pingüino, le ayuda a encontrar el camino a su casa, el Polo Sur. Pero entonces el niño se da cuenta de que sin el pingüino está solo y que lo mismo le ocurre al pingüino.
El corazón y la botellaMéxico: Fondo de Cultura Económica, 2010; pp.; col. Los Especiales de A la Orilla del Viento; trad. de Udo Araiza; ISBN: 978-607-16-01106-3. [
Vista del álbum en amazon.es]
El álbum comienza con varias escenas de una niña que es feliz con su padre… «hasta el día que encontró un sillón vacío». La narración dice y muestra cómo «se sintió insegura y pensó que debía poner su corazón a salvo» y lo metió en una botella. Pero el tiempo pasa y la niña crece, y un día ve que necesita sacar su corazón de la botella para contestar a una niña pequeña «que todavía sentía mucha curiosidad por el mundo».
Este alce es míoMéxico: Fondo de Cultura Económica, 2013; 30 pp.; col. Los especiales de A la Orilla del Viento; trad. de Mariana Mendía; ISBN: 978-607-16-1140-6. [
Vista del álbum en amazon.es]
El niño protagonista desea una mascota y, cuando un alce pasa por su lado, se lo apropia, lo llama Marcel, y se dedica a enseñarle cosas. Pero un día descubre que el alce tenía una vida previa de la que no sabía nada.
Historias con encanto tanto para los niños como para los adultos, y tanto en sus argumentos como en sus ilustraciones. Estas últimas son frescas, como desmañadas, y usan una técnica mixta donde se aprecian a simple vista dibujos, óleos, collages, texturas tramadas… Tienen un toque de ingenuidad que, sin embargo, queda desmentido enseguida por las mismas historias y por la soltura y el equilibrio de sus composiciones. Es destacable la claridad narrativa: los personajes son esquemáticos, se usan distintas disposiciones de las imágenes en las dobles páginas, hay muchas escenas con los personajes sobre fondo blanco… A la vez, las ilustraciones apuntan cosas que las palabras no dicen y se usa de modo brillante el recurso de hacer hablar a sus personajes con globos… que contienen imágenes.
Se puede decir que, de distinta manera y con distintos objetivos, los tres relatos hablan de amistad o de afecto: el primero entre dos amigos que se necesitan mutuamente; el segundo entre un adulto y un niño, o sobre la necesidad que los niños tienen del afecto y la atención de los adultos y, al revés, de cómo el amor a los niños es lo que abre más el corazón de los adultos; el tercero entre un niño y su mascota, o el aprendizaje que debe hacer el niño del respeto a la vida propia del otro. El segundo apunta más hacia el adulto que hacia los niños pero los tres llaman mucho al adulto: una parte del éxito del autor está en esta capacidad de plantear cuestiones de la vida infantil pero llegando al corazón del adulto…
Otros álbumes: El día que los crayones renunciaron, con texto de Drew Daywalt; Los huguis en: El Jersey nuevo y Los huguis en: Yo no he sido; Érase una vez un alfabeto. Una historia para cada letra; Fred. El amigo imaginario, con texto de Eoin Colfer; La niña de los libros, junto con Sam Winston; El libro de los colores de las ceras y El libro de los números de las ceras, con texto de Drew Daywalt; Estamos aquí: notas para vivir en el planeta tierra; Atrapados; Lo que construiremos. Planes para un futuro juntos; Mientras tanto en la Tierra…
12 noviembre, 2013