ERLBRUCH, Wolf

ERLBRUCH, WolfAutores
 

Ilustrador alemán. 1948-2022. Nació y falleció en Wuppertal. Estudió Diseño. Trabajó en publicidad desde 1974. El águila que no quería volar fue el primer libro para niños que ilustró, en 1985. Profesor de Diseño Gráfico e Ilustración. Premio Andersen 2006.


El águila que no quería volar
Texto de James Aggrey, de 1925. Salamanca: Lóguez, 2003; 32 pp.; trad. de L. Rodríguez López; ISBN: 84-89804-71-0. Nueva edición en Madrid: Santillana - Loqueleo, 2018; 40 pp.; trad. de Noemí Risco; ISBN: 978-8491226581. [Vista del álbum en amazon.es]

Un hombre captura y mete un aguilucho en el gallinero junto con las gallinas, los patos y los pavos, y le da maíz para comer. Pasado el tiempo, cuando un sabio le dice que puede volar como un águila, el hombre le dice que no, que ya es una gallina y jamás volará. El sabio intenta probar lo contrario pero las dos primeras veces el águila vuelve con las gallinas. La tercera la conduce a lo alto de una montaña y allí, cuando el águila mira directamente al sol, se decide y por fin vuela.


El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza
Texto de Werner Holzwarth. Madrid: Alfaguara, 2005, 2ª ed.; 32 pp.; trad. de Miguel Azaola; ISBN: 84-204-6729-4.

Cuando el topo asomó su cabeza, le cayó en su cabeza algo gordo y marrón, que parecía una salchicha. Furioso y de mal humor, recorre las páginas buscando al culpable. Cada animal le muestra cómo lo hace él…, hasta que descubre al responsable: ¡Hermenegildo, el perro del carnicero! El topo le paga con la misma moneda.


El milagro del oso
Salamanca: Lóguez, 2002; 32 pp.; trad. de L. Rodríguez López; ISBN: 84-89804-51-6.

Un oso se despierta de su letargo invernal y piensa para sí mismo que desea ser padre. Al no saber cómo conseguirlo va preguntando y recibiendo respuestas peregrinas de distintos animales: una liebre, una urraca, un salmón, una cigüeña… Hasta que tropieza con una osa, claro.



El álbum más popular del autor es, sin duda, El topo…, cuyas ilustraciones, en ceras oscuras sobre fondo blanco, reflejan con exactitud y expresividad el estado de ánimo del topo: desconcierto, malhumor, enfado… El texto es siempre igual, con ligeras variaciones: una pregunta y una respuesta que se repiten, con distinta descripción de aquello… Se puede considerar un ejemplo modélico de álbum, no sé si llamarlo educativo, pero incuestionablemente informativo sobre un aspecto inevitable de la vida. Y se puede calificar de Genial para los entusiastas de un humor marrón que, dentro del contexto, puede resultar incluso elegante.

El milagro del oso es un álbum con iguales estructura, estilo y composición, pero no tan logrado como El topo… Las expresivas ilustraciones, narrativas, sintéticas y en colores planos, que ocupan los dos tercios de la doble página y dejan una franja blanca para el texto en un lado, están centradas en mostrarnos la curiosidad y la perplejidad del oso. Puede ser un álbum útil para los padres que deseen «matar a la cigüeña» e iniciar las explicaciones que deben dar a sus hijos.

De El águila que no quería volar se puede resaltar que condensa con acierto el espíritu de la historia aunque, a primera vista, el tipo de mensaje parecía pedir unas ilustraciones sin toques humorísticos. Aunque la historia puede leerse de modo personal, James Aggrey compuso su relato como una llamada de atención a los pueblos africanos pues, se nos dice al final del álbum, en su versión original la narración termina diciendo: «Pueblos de África: Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, pero hay hombres que nos han llevado a pensar como gallinas y todavía pensamos que somos verdaderas gallinas, pero somos águilas. ¡Abran las alas y emprendan el vuelo!».

Otros álbumes: La gran pregunta; El pato y la muerte; El rey y el mar, con texto de Heinz JANISCH; Leonardo; La señora Meier y el mirlo; El oso en el parque de juegos, con texto de Dolf Verroen; Y esto, ¿qué es?, con texto de Jürg Schubiger; El oso que no estaba, con texto de Oren Lavie.

Otros libros con ilustraciones suyas: Mi perro Míster, de Thomas WINDING.

 


31 enero, 2006
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