Escritor norteamericano nacionalizado inglés. 1888-1965. Nació en Saint Louis, Misuri. Estudió en Harvard. En 1915 se estableció en Inglaterra. En 1927 obtuvo la nacionalidad inglesa y se convirtió al anglicanismo anglocatólico. Autor de poemas como Prufrock y otras observaciones (Prufrock and other Observations, 1917), La tierra baldía (Waste Land, 1922), o Cuatro cuartetos (Four Quartets, 1935-1942). Dramaturgo con obras como Asesinato en la Catedral (Murder in the Cathedral, 1935). Crítico literario importante. Premio Nobel 1948. Falleció en Londres.
El libro de los gatos habilidosos del viejo PossumEdición bilingüe en Valencia: Pre-Textos, 2004; 92 pp.; col. La cruz del sur; trad. de Regla Ortiz Mogollón; ISBN: 84-8191-641-2. Hubo una edición anterior, titulada
Gatos, en Barcelona: Debate, 1993; 52 pp.; col. Debate infantil; trad. de Mónica Rubio; ilust. de
Nicolas Bentley; ISBN: 84-7444-653-8.
Nueva edición bilingüe y titulada
El libro de los gatos sensatos de la vieja zarigüeya, en Madrid: Nordica, 2017; 109 pp.; ilust. de
Edward Gorey; trad. de Juan Bonilla; ISBN: 978-84-16830-78-7. [
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Como se afirma en la primera edición citada, la imagen de un autor clave como Eliot, un renovador de la poesía que fue capaz de reflejar en su obra la crisis del mundo moderno, no estaría completa sin tener esta obra menor delante. Estos quince poemas en verso libre (en la segunda edición citada sólo se incluían trece), todos sobre gatos, escritos para los hijos de su editor cuando Eliot ya era un poeta con fama, dicen mucho de su talante y también le introducen en la mejor tradición del nonsense que abrieron Edward LEAR y Lewis CARROLL.
Poemas en los que se inspiró el musical Cats y que, como se podría esperar del autor, están diestramente compuestos, con variedad de versos y de rimas, pero que, además, son divertidos y tienen personajes inolvidables como el viejo Deuteronomio, el misterioso Macavity, o el gato pirata Morgan. En su conjunto el libro tiene unidad debido a la temática y a los acentos comunes, aunque cada poema tenga sentido independiente.
El acierto de la primera edición citada es su limpieza y su carácter bilingüe pues, a pesar de la calidad de la traducción, no es posible reproducir el sonido de los versos ingleses en castellano y no es fácil tampoco trasladar algunas referencias y acentos británicos. La segunda contiene lo que falta en la primera: un formato grande y unas ilustraciones clásicas que harían el libro más accesible a los niños, como era la intención del autor.
La tercera, que primero contiene las versiones en castellano y luego las originales, viene con el enriquecimiento de las idiosincráticas ilustraciones de Gorey. Al comienzo de la segunda parte el traductor explica la breve historia editorial de sus traducciones e indica que, en esta nueva versión, ha corregido bastantes cosas «aunque no las suficientes para que no se me recriminen algunas libertades en aras de mantenerles a estos poemas su condición de poemas de niños en los que tantas veces se juega con la rima y el ritmo». Sin embargo, a ese comentario se ha de añadir que está de más cualquier recriminación cuando el traductor y el editor actúan con total limpieza al entregar una edición bilingüe: para quien sepa inglés será una satisfacción comparar los poemas o disfrutar los originales, y quien no lo sepa puede disfrutar directamente de la versión en castellano.
Otros libros: de La aventura sin fin, una colección de ensayos sobre crítica literaria, he puesto varias notas: El clásico por excelencia, Parodia del sentido, ¿Un noble monumento?, Códigos que aceptamos; de su clásico ensayo La unidad de la cultura europea he puesto la nota El significado de lo que decimos, creamos o hacemos.
31 enero, 2006