Gramática de la fantasía. Introducción al arte de inventar historias es un importante libro de Gianni Rodari, reeditado por Kalandraka, sobre la creación de relatos de fantasía. Está elaborado a partir de notas tomadas por el autor a partir de sus experiencias en visitas a colegios. En ellas, como explica él mismo en la introducción, intenta poner al descubierto las técnicas para inventar historias que otros autores y él mismo habían puesto en práctica. No representa, dice Rodari, «ni la tentativa de establecer una Fantástica en toda regla, (…) ni pretende ser una teoría completa de la imaginación y la invención, (…) ni siquiera pretende ser un “ensayo”». Será útil, concluye, para quienes creen que la imaginación debe ocupar un lugar importante en la... Leer más
Unas citas de Ursula Le Guin comparando las ficciones realistas y las de fantasía. «La ficción realista es propia de cada cultura. Si versa sobre nuestra cultura, nuestra década, estupendo; pero si la historia tiene lugar en otro siglo o país, comprenderla supone un acto de desplazamiento, de traducción, que muchos lectores no son capaces o no tienen ganas de hacer». Los límites de su lenguaje, «—supuestos compartidos de clase, cultura, educación, ética—, limitan y reducen el ámbito de la ficción». Por eso hay tantos escritores que «se han volcado al lenguaje global e intuitivo de la fantasía para describir, con toda la precisión posible, el modo en que “nosotros” vivimos “ahora”. Así pues, en mucha ficción contemporánea, las descripciones más... Leer más
Otra de las ideas que trata George MacDonald en «La imaginación fantástica» es la de los significados de los cuentos de hadas. Plantea la pregunta que le podría formular un padre: «Supongamos que mi hijo me pregunta qué significa el cuento de hadas, ¿qué debo contestarle?», y le responde: «Si usted no sabe qué significa, ¿qué hay más sencillo que decírselo? En cambio, si usted encuentra un significado, debe comunicárselo. Una genuina obra de arte ha de significar muchas cosas. Cuanto más verdadero sea su arte, más significados tendrá. Por ejemplo, si uno de mis dibujos dista tanto de ser una obra de arte que, a modo aclaratorio, debe especificar por escrito esto es un caballo, ¿qué importancia tiene que ni usted ni su hijo sepan qué significa? Es menos importante... Leer más
En el mismo texto que mencioné días atrás, para explicar qué moralidad debe aplicar un autor en el interior de las ficciones de fantasía que inventa, George MacDonald afirma lo siguiente: «En el mundo moral (…) un hombre puede vestirse con nuevas formas, y emplear libremente su imaginación (…) pero no debe inventar nada. No le está permitido, por ningún motivo, subvertir sus leyes. (…) Las leyes del espíritu humano deben conservarse y prevalecer tanto en este mundo como en cualquier otro que el hombre sea capaz de inventar. No sería ningún delito imaginarse un mundo en el cual todo se repeliese en lugar de atraerse, pero estaría mal escribir un cuento que representara a un hombre supuestamente bueno que siempre cometiera malas acciones, o a un hombre supuestamente malo... Leer más
Cuentos de hadas, de George MacDonald, contiene ocho cuentos de hadas encabezados por un ensayo titulado «La imaginación fantástica». El autor escocés explica en él su modo de comprender el trabajo del autor de ficciones de fantasía. Una de sus ideas básicas, que luego Chesterton y Tolkien reformularían, es la del hombre como subcreador, aunque MacDonald no use tal expresión: «El mundo natural tiene sus propias leyes, y las personas no deben interferir en ellas cuando las presentan y aún menos cuando las utilizan. Pero estas mismas leyes pueden inspirar leyes de otro tipo y, si lo desea, el hombre es capaz de inventarse un pequeño mundo propio, con sus propias leyes, pues posee en su interior la capacidad de deleitarse evocando formas nuevas, algo que,... Leer más
Dice Coetzee que Salman Rushdie es un escritor multicultural no sólo en el sentido débil de que hunde sus raíces en más de una cultura, sino en el fuerte de que utiliza una tradición literaria para renovar otra. Su debilidad es que a veces cae en la mera frivolidad posmoderna, que sigue y luego abandona hilos narrativos que no le llevan a ningún sitio. También esto se nota en Harún y el mar de las historias, que sin embargo es un buen e inteligente relato. J. M. Coetzee. Costas extrañas: ensayos,... Leer más
En La historia secreta del Ratón Pérez, otro libro de José Manuel Pedrosa, se contiene Ratón Pérez, el clásico de Luis de Coloma. Además, en él se da toda la información imaginable acerca de los hermanos y primos del personaje en otras culturas, y de antecedentes como El ratoncito bondadoso, un cuento de 1698 escrito por Madame d’Aulnoy, argumentalmente lejano aún de los relatos que comienzan a proliferar en el siglo... Leer más
Y, en el mismo libro citado ayer, otro jugoso artículo dedicado a Lewis Carroll. Es útil, entre otras cosas, reflexionar en lo que afirma Chesterton sobre las consecuencias de que los libros sobre Alicia sean un clásico. Por un lado, afirma, eso implica estar condenado a ser alabado por personas que nunca lo han leído. Por otro, el pensar que «la alegría original que nació esa tarde de verano en la imaginación de un matemático (...), se ha endurecido hasta convertirse en algo casi tan frío y tan consciente como una tarea vacacional», hace pensar y exclamar a Chesterton: «“¡Pobrecita Alicia!” No sólo la obligan a asistir a clase, sino a dar clase a los demás... no es sólo una escolar, sino una maestra de escuela». G. K. Chesterton.... Leer más
En el reciente libro de artículos de Chesterton, Correr tras el propio sombrero, uno particularmente interesante se titula «Defensa del absurdo». En él, Chesterton explica por qué piensa que Edward Lear es no sólo anterior sino superior a Lewis Carroll. Habla de que la vida de Carroll sugiere la «idea de escapatoria a un mundo donde las cosas no están horriblemente fijadas en una eterna corrección, donde las manzanas crecen en los perales, y cualquier tipo raro con el que uno se encuentre puede tener tres piernas», de que él era un hombre con un pie en el mundo de la lógica y otro en el mundo del humor, la postura perfecta para el absurdo moderno. Lear, en cambio, «introduce un nuevo elemento, el elemento de lo poético e incluso de lo emocional». G. K. Chesterton.... Leer más
Uno de los autores que, incluso en sus obras menos conseguidas, siempre vale la pena es Charles Dickens. Aquí se puede recordar el principio de Tiempos Difíciles, cuando un funcionario público, una especie de inspector, advierte al director de un colegio: «Tenéis que suprimir por completo la palabra imaginación. La imaginación no sirve para nada en la vida. En los objetos de uso o adorno, rechazaréis lo que está en oposición con lo real. En la vida real no camináis pisando flores; pues tampoco caminaréis sobre flores en las alfombras». Y sí, esa clase de gente, «economistas utilitarios, maestros de escuela en esqueleto, comisarios de realidades, elegantes y agotados incrédulos, charlatanes de tantos credos pequeñitos y manoseados», siguen existiendo... Leer más
Cuando compone las Crónicas de Narnia, C. S. Lewis no intenta escribir unas narraciones alegóricas o simbólicas sino formular unas suposiciones tipo «qué ocurriría si...» y dejar que la narración se desarrolle por sí misma. Y, aunque luego las cosas no son tan sencillas pues es evidente su intención de cargar de significados sus relatos, básicamente sí se puede afirmar que cumple con su... Leer más
Un mundo secundario bien recreado en una novela de fantasía no es una especie de mundo alternativo al que uno huye para refugiarse del mundo real. Sí es como un espejo en el que se refleja nuestro mundo y en el que, al contemplarnos, podemos vernos de otra manera y darnos cuenta de que nuestra vida tiene más hondura de la que suponíamos. Tolkien al crear la Tierra Media y Lewis al inventarse Narnia trabajaban con esa mente: la de construir mundos secundarios que nos ayuden a recuperar algunas verdades profundas del mundo primario. La gran diferencia está en el público al que ambos se dirigieron: Lewis da un tono infantil intencional a las Crónicas de Narnia, Tolkien apuntó literariamente mucho más... Leer más
Como cuenta en su libro autobiográfico Cautivado por la Alegría, C. S. Lewis aprendió personalmente que, en ese mundo de fantasía al que se accede siendo niño, hay intuiciones profundas que vale la pena seguir hasta el final. Con las Crónicas de Narnia quiso avivar en sus lectores esa conciencia y hacerles notar que no deben desecharlas cuando crezcan. Y, de hecho, una de las líneas de fuerza de las novelas es, justamente, cómo los personajes comprueban que las enseñanzas que aprendieron con las historias y las rimas infantiles tenían... Leer más