Que un lector se sienta obligado a pasar la página para saber qué ocurrirá luego es el recurso básico que un autor de álbumes debe saber manejar. Y si, después de haber arrastrado al lector hacia delante, el autor consigue que quiera volver a mirarlo todo con calma una y otra vez, ha logrado un gran álbum. Si, aún encima, en uno dirigido a primeros lectores, transmite conocimientos con toda naturalidad, es que ha obtenido un producto magnífico. Un ejemplo: ¿Qué harías con una cola como ésta? de Steve Jenkins y Robin Page.
25 julio, 2005