Mucha LIJ de hoy tiene un sesgo educativo-pedagógico tan explícito que se hace aburrida para sus destinatarios naturales. Con todo, algunos libros plantean bien lo que pretenden, como La niña más pequeña de toda la escuela, de Christian Robinson y Justin Roberts, una historia que intenta dar una lección de valor moral a los chicos. De la protagonista se nos dice, en la primera doble página, que «a Sally McCabe nadie la veía» y, en la siguiente, que «era la niña más pequeña de toda la escuela» (en el original ambas frases riman: «Hardly anyone noticed young Sally McCabe / She was the smallest girl in the smallest grade»). Se nos cuenta que se fija en todo: en una cometa enredada, en las llaves del conserje, en las hojas del otoño, en la zancadilla que le ponen a un chico, en el empujón en el tobogán a otro… Hasta que decide actuar y la historia concluirá diciéndonos «que las cosas se pueden cambiar y que la niña más pequeña un gran cambio puede lograr…».
Las ilustraciones, como es habitual en Robinson, son eficaces. Aunque sean muchos los problemas de que los libros de LIJ se conviertan cada vez más en pastillas que los padres y profesores entregan para sus fines educativos, en este caso la propuesta merece la pena: no estamos ante un relato y ante un mensaje de los que intentan convertir a los niños en cómplices de los adultos, sino de los que animan a comportarse con valor cuando puede no ser fácil (y, aunque esto no lo dice la historia, menos fácil si los adultos se inhiben y no actúan con autoridad allí donde se necesita y se espera que lo hagan: incluso cabría pensar que la pequeña Sally, en un buen colegio, no tendría por qué haber dicho nada puesto que los profesores habrían cortado antes las situaciones de las que se tuvo que quejar).
Christian Robinson. La niña más pequeña de toda la escuela (The Smallest Girl in the Smallest Grade, 2014). Texto de Justin Roberts. Barcelona: Alba, 2018; 33 pp.; trad. de Concha Cardeñoso Sáenz de Miera; ISBN: 978-84-9065-382-1. [Vista del libro en amazon.es]