El narrador de Pueblo frente al mar, de Sydney Smith y Joanne Schwartz, es un chico que habla de dónde vive, junto al mar, cerca de un pueblo, y de su padre, un hombre que trabaja en unas minas de carbón situadas bajo el mar. El relato, como se dice al final, se ambienta en las minas de Cabo Bretón, Canadá, en 1950, y tiene un cierto carácter documental. En sucesivas dobles páginas vemos la vida luminosa del chico —familia, juegos, visitas al cementerio donde está su abuelo—, y, en contraste, la vida oscura de trabajo del padre, que se presenta con unas ilustraciones negras y, en la franja inferior, unos hombres trabajando y un texto que se repite: «Y bajo ese mar está mi padre. En la oscura galería, cava y saca carbón». El sentido de amenaza también se insinúa en escenas a la espera de que vuelva el padre o en imágenes en las que se ven sombras. Esto contrasta con que se presentan unas figuras amables y una vida familiar positiva, y con el tono sereno de quien parece dar por sentada la situación en la que viven y considerar lo más natural que su futuro será igual al de su padre. Quien haya visto y recuerde Un camino de flores verá que aquí también el ilustrador hace unos dibujos sintéticos, en tinta y acuarela, con brochazos que marcan algunos contornos, que capturan bien los distintos ambientes de la historia.
Sydney Smith. Pueblo frente al mar (Town is by the Sea, 2017). Texto de Joanne Schwartz. Barcelona: Ekaré, 2019; 52 pp.; trad. de Verónica Uribe; ISBN: 978-84-948900-2-4. [Vista del álbum en amazon.es]