Los zoquetes, de Paul Fleischman, es un relato escolar divertido en el que unos alumnos espabilados tienen como contrincante a una profesora que recuerda la que tenía Matilda.
De la despótica señorita Quebrantahuesos se dice que «odiaba a los niños. Cada vez que hacía llorar a un alumno, se premiaba a sí misma con una estrella dorada. Confiscar era su especialidad». Hasta que el líder de la clase —«todos me llamaban Einstein porque era un hacha resolviendo problemas»— se propone darle a una lección: «le enseñaría a la maestra de lo que eran capaces unos zoquetes». Y los chicos preparan un sofisticado plan en el que cada uno tiene que cumplir una misión de acuerdo con sus habilidades particulares: uno es experto en trastos, otro en bicicletas, otro en dibujar, otro es una especie de Spiderman, hay una chica que lo sabe todo de películas, Escupitajo es el plusmarquista de la clase, Clips se pasa la vida preparando cadenas de clips, Ciberojos es una maestra del hipnotismo… En fin, que se introducen en una fiesta que da la profesora.
Se sigue con interés todo el proceso, con la satisfacción que siempre da ver un trabajo en equipo tan bien coordinado y una victoria de los débiles frente al poderoso… Son importantes para que una historia tan disparatada funcione las eficaces ilustraciones de David Roberts, que presentan el caso de forma muy ordenadita y caracterizan bien a cada personaje. Se juega bien con la tipgrafía, que cambia y crece cuando grita la profesora.
Paul Fleischman. Los zoquetes (The Dunderheads, 2009). Zaragoza: Edelvives, 2017; 54 pp.; ilust. de David Roberts; trad. de Elena Gallo Krahe; ISBN: 978-84-140-1029-7. [Vista del libro en amazon.es]