Novelas de amor juveniles, llamémoslas realistas, de distintos años: Cinco panes de cebada (1979), Jack Frusciante ha dejado el grupo (1993), de Enrico Brizzi, Y decirte alguna estupidez, por ejemplo, te quiero (1995), de Martín Casariego, Vigo es Vivaldi (2000), Blanca como la nieve, roja como la sangre (2010). Se pueden comparar y, seguramente, concluir que la rapidez con que los relatos así envejecen tiene que ver con la cantidad que incluyan de lenguaje de argot y de referencias de actualidad (películas, canciones, personajes) propios del momento en que fueron escritos. En fin, si tuviera que decir cuál resistirá mejor el paso del tiempo pondría la mano (de otro) en el fuego por la primera.
20 enero, 2011