Wonder: Charlotte tiene la palabra

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Wonder: Charlotte tiene la palabra

Poco tiempo después de publicar La lección de August, R. J. Palacio publicó un volumen que contenía tres relatos que, en España, se han publicado en libros distintos: La historia de Julian, El juego de Christopher y Charlotte tiene la palabra. En el prefacio a aquel libro, la autora explicaba que esos relatos formaban parte del trabajo que hizo para escribir La lección de August pero que, como no hacían avanzar su argumento principal, prescindió de ellos. En conjunto dan idea del trabajo que se tomó la escritora para construir su novela inicial y, aunque no son la explicación del éxito que tuvo, sí se pueden ver como una prueba de que la solidez de un buen libro depende de un gran trabajo escondido.

En el tercer libro la narradora y protagonista es Charlotte, la chica a la que el director de la escuela a la que llegó August le encomendó que fuera amable con él y le ayudara a integrarse. El lector se da cuenta rápido de cómo Charlotte, a pesar de su brillantez en tantos terrenos, es una chica insegura, tan deseosa de caer bien a todo el mundo que se justifica continuamente, ante los demás y ante sí misma. Eso sí, es divertido su afán por explicar todo lo que le sucede por medio de diagramas de Venn.

El relato se centra en el trato entre Charlotte y sus amigas y, en concreto, en cómo a ella, a la brillante Ximena Chin (de padre chino y madre madrileña), y a la bondadosa Summer (la mejor amiga de Auggie), las seleccionan para preparar un número de baile que tendrá lugar nada menos que en el Carnegie Hall. Se cuentan bien los vaivenes en el trato entre las tres chicas y con sus demás amigas; son excelentes algunos momentos en los que se pone de manifiesto el talento de algunas para los comentarios maliciosos, y otros en los que se dan reconocimientos de culpas y de juicios interiores equivocados…

Como las anteriores, la novela cumple bien su objetivo de hacer pensar en lo que piensan y sienten los demás y, por tanto, de promover comportamientos más bondadosos y comprensivos, y de hacer notar la importancia de ser siempre leales y veraces con los amigos. En los tiempos que corren, es también más que destacable que la autora vuelve a subrayar cuánto nos aportan quienes tendemos a ver al margen de la sociedad, a nuestro margen, por su condición social o por cualquier discapacidad: esta novela comienza y termina con un mendigo —a quien al principio Charlotte no se atreve a dirigirse— y tiene uno de sus momentos más emotivos cuando descubrimos a Ximena mucho más que encantada con su hermano pequeño con síndrome de Down.

R. J. Palacio. Charlotte tiene la palabra (Shingaling. A Wonder Story, 2015). Barcelona: Nube de tinta, 2016; 189 pp.; trad. de Diego de los Santos; ISBN: 978-84-15594-76-5 [Vista del libro en amazon.es]. Este libro está contenido, junto con los otros dos relatos que complementan la historia de Auggie, en Auggie y yo. Tres cuentos de la lección de August, Barcelona: Random House, 2016; 448 pp.; col. Vintage; ISBN: 978-1101972229. [Vista del libro en amazon.es]

14 abril, 2016
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