En el comentario a Mil millones de tuberías daba motivos por los que, a veces, puedo empezar a leer un libro bien predispuesto y, también, logros en el interior del relato que minimizaban los defectos que pudiera tener. A ellos se puede añadir, en aquél caso y en el de Maarja y la Dama del Tiempo Gris, de Juan Antonio Arizcun, que ambos son una primera incursión en la literatura infantil y, por tanto, una promesa de posibles libros futuros de calidad. Además, este segundo libro sirve también como ejemplo de algo que ocurre de vez en cuando: el de un comienzo excelente que deja bien dibujados a los protagonistas principales y crea una intriga que impulsa el deseo del lector de saber qué pasará.
En un país frío del norte, Maarja y su hermano mayor Tuk se ven obligados a emprender un viaje debido a que sus padres han desaparecido: se dejan guiar por una impertinente golondrina llamada Linnot que, sorprendentemente, habla, y en el camino serán protegidos por otro no menos impertinente lobo llamado Huntvalge. Aunque la historia pierde algo de fuelle según avanza, se sostiene porque los diálogos son vivos, con buenos golpes de humor e ironía, y porque también tiene interés el núcleo del problema que deben resolver Maarja y Tuk: contrarrestar la cizaña que la Dama del Tiempo Gris había extendido para envenenar la convivencia.
Juan Antonio Arizcun. Maarja y la Dama del Tiempo Gris (2009). Madrid: Palabra, 2009; 144 pp.; col. La Mochila de Astor; ilust. de Ignacio Galilea; ISBN: 978-84-9840-270-4.