Susan Fenimore Cooper, hija de James Fenimore Cooper, fue una mujer extraordinariamente culta y, como demuestra Diario rural. Apuntes de una naturalista, una escritora de alto nivel no reconocida como merecía ni en su tiempo ni en los años posteriores. Su libro está compuesto por entradas diarias durante una primavera y un verano donde, con gran erudición y una notable simpatía, habla de lo que observa en sus frecuentes paseos por el campo en Nueva Inglaterra. Por un lado, cualquier naturalista disfrutará de sus cuidadosas descripciones de plantas, flores, aves e insectos, en las que no faltan referencias a libros de autores como Audubon o Humboldt; además, en su discurso no se priva de hacer disquisiciones que, a veces, son verdaderamente graciosas, como una sobre la antipatía que siente hacia las arañas y la simpatía que, sin embargo, tiene a las moscas. Por otro lado, son magníficas sus observaciones sobre costumbres propias del lugar, que además presenta comparándolas con las propias de países europeos a los que había viajado con su padre —por ejemplo, reclama que se pongan asientos públicos como en Suiza pues «es hora de que empecemos a aprender una lección de civilización en ese sentido»—. Hace también una defensa de los bosques —se considera que su libro es el primero que lanza un mensaje medioambiental en este sentido— y se refiere a los cambios producidos en el último medio siglo, con la llegada de los blancos y la expulsión hacia el oeste de los nativos: «el piel roja, que durante miles de años había sido el señor de estas tierras, ya no pisa más este suelo. Solo existe aquí en recuerdos inciertos y en tumbas olvidadas». El prólogo hace notar que este libro habría tenido distinta suerte si hubiera sido escrito por un hombre: Thoreau conocía la obra de la autora y escribió su libro Walden varios años después; también, como se indica en la voz de Wikipedia sobre la autora, «hay evidencias coyunturales de que parte de los pasajes más memorables de Walden (…) pueden haber estado inspirados por pasajes de Cooper sobre somorgujos, bayas silvestres, la insondable profundidad del lago y la ruptura estacional del hielo».
Susan Fenimore Cooper. Diario rural. Apuntes de una naturalista. Primavera-Verano (Rural hours, 1850). Logroño: Pepitas de Calabaza, 2018; 314 pp.; trad. de Esther Cruz; prólogo de María Sánchez; ISBN: 978-8417386948. [Vista del libro en amazon.es]