La expansión del cristianismo, de Rodney Stark, un estudio sociológico que intenta explicar las razones por las cuales el cristianismo se convirtió en la religión mayoritaria del Imperio Romano en tan poco tiempo, me ha parecido un libro luminoso. Indico hoy un resumen del contenido del libro y ampliaré un poco más el comentario en una nota posterior.
El autor, un sociólogo especializado en cuestiones religiosas, a las que aplica criterios tomados de la economía, primero explica en qué formas, en qué lugares y entre qué gentes, se propagó el cristianismo. Habla del efecto que tuvieron los mártires —un importante factor de credibilidad—, y de la importancia que tuvieron las diferencias de comportamiento entre cristianos y paganos en relación a los enfermos —sobre todo durante las epidemias que hubo—, a los infanticidios —tan frecuentes en el mundo grrecorromano—, a la vida matrimonial y la consideración de la mujer, etc.
El autor da todas las cifras que se han podido establecer, pero es cuidadoso en sus apreciaciones y señala cómo, si hacernos cargo de la situación religiosa de nuestro tiempo es difícil, lo es más aún si queremos estudiar un periodo tan remoto y mucho menos documentado. Citando a un colega suyo, habla de que comparte absolutamente su desdén «por los psicologismos históricos, tales como la perspectiva de que se trataba de una época plena de “ansiedad”, o de que hubo entonces una “falta de coraje” o que eran tiempos de “entusiasmo”». Señala también que, «como experimentado realizador de encuestas de opinión», es muy escéptico acerca de que puedan caracterizar sentimientos y pensamientos de millones de personas «sobre la base de unas pocas citas literarias o unas pocas inscripciones».
En la conclusión del capítulo 9, «Oportunidad y organización», dedicado a la interacción del cristianismo con el mundo grecorromano dice lo siguiente: «El cristianismo no creció porque los milagros influyesen en las plazas de los mercados (aunque pudo haber habido algo de eso), o debido a que Constantino dijo que sí, o incluso a causa de que los mártires le otorgaron tanta credibilidad. Se expandió porque los cristianos constituyeron una comunidad intensa, capaz de generar esa “invencible obstinación” que tanto ofendía a Plinio el Joven, pero que proporcionaba inmensas recompensas religiosas. Y los medios esenciales de su crecimiento fueron los esfuerzos mancomunados y motivados del creciente número de creyentes cristianos, que invitaban a sus amigos, parientes y vecinos a compartir la “buena nueva”».
Rodney Stark. La expansión del cristianismo. Un estudio sociológico (The rise of Christianity. A Sociologist Reconsiders History, 1996). Madrid: Trotta, 2009; 219 pp.; trad. de Antonio Piñero; ISBN: 978-84-9879-068-9. [Vista del libro en amazon.es]