La narración de 365 pingüinos, de Joëlle Jolivet y Jean-Luc Fromental, comienza: «El uno de enero, a las nueve de la mañana, un mensajero llamó a la puerta. Abrí yo el paquete: un pingüino». Y, cada día del año, la familia sigue recibiendo pingüinos. Al final, el misterio se aclara, logran deshacerse de los 365 pingüinos y comienzan a respirar pero…
Álbum vistoso de formato grande, como otros de la ilustradora. Las ilustraciones están bien compuestas y son narrativamente claras. En ellas se usan sólo colores planos, se disponen todos los elementos contra el fondo normalmente blanco y algunas veces azul, y tienen particular gracia las escenas de pingüinos amontonados.
La historia refleja una familia típica del primer mundo —padres, niño y niña— y responde a lo políticamente imperante ahora, pues todo tiene su origen en que los pingüinos están amenazados por el calentamiento global. Lo anterior servirá para que haya quien lo recomiende con más entusiasmo, y para que otros lo rechacen visceralmente, pero su atractivo real está en la propuesta gráfica y en que suma un relato disparatado e hiperbólico que conecta bien con el niño y que, a la vez, le propone diversas operaciones matemáticas.
Joëlle Jolivet. 365 pingüinos (365 Pingouins, 2006). Texto de Jean-Luc Fromental. Madrid: Kókinos, 2007; 48 pp.; trad. de Miguel Ángel Mendo; ISBN: 978-84-96629-40-0.