En la historia de la literatura infantil se señalan dos libros como los primeros escritos expresamente para lectores niños: Aventuras de Telémaco, de Fénelon, y El nuevo Robinson, de Joachim Heinrich Campe. Como corresponde al siglo XVIII, eran libros declaradamente didácticos que, igual que otros de siglos atrás como El Conde Lucanor, de don Juan Manuel, (bastante más ameno, por cierto), hablaban de la educación de la clase alta, la que podía recibir instrucción entonces. Desde la superioridad que nos da vivir en el siglo XXI, y con la valentía del que se atreve a ironizar sobre su abuela, podemos bromear sobre sus acentos y sus contenidos, pero no está de más pensar que sus autores compusieron libros sinceros en sus planteamientos y claros en las pautas de actuación que daban, además de que trataron a sus lectores o a sus alumnos como a príncipes…
Aventuras de Telémaco, El nuevo Robinson, El Conde Lucanor
15 enero, 2009