Cuenta Thor Heyerdahl en La expedición de la Kon Tiki, que «ni un cielo tormentoso con baja presión, ni los vientos huracanados habrían sido más amenazadores para nosotros que el peligro de una tormenta psíquica entre seis hombres encerrados juntos durante meses en una balsa a la deriva. En tales circunstancias, un buen chiste podía ser tan valioso como un chaleco salvavidas».
Además, dice Chesterton, «un buen chiste es la única cosa sagrada y definitiva que no puede ser criticada. Nuestras relaciones con un buen chiste son directas y casi divinas. Hablamos de “verle la gracia” a un chiste exactamente igual que hablamos de “ver” a un fantasma o a una visión».
G. K. Chesterton. «Los papeles de Pickwick», Correr tras el propio sombrero (On Lying in Bed and Other Essays). Barcelona: El Acantilado, 2005; 628 pp.; selección y prólogo de Alberto Manguel; trad. de Miguel Temprano García; ISBN: 84-96489-27-2. El artículo original está en Appreciations and Criticisms of the Works of Charles Dickens.