
Henry James incita continuamente a sus lectores a preguntarse por la fiabilidad de quien narra la historia. Así el narrador acaba siendo el protagonista principal: esto lo ejemplifica extraordinariamente bien Otra vuelta de tuerca, un formidable relato corto. Y, en general, es interesante pensar la honradez que supone que un autor sepa desaparecer detrás de sus personajes y que los deje ser como son, sin manipularlos como títeres.
28 septiembre, 2006