El honor de los espabilados

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El honor de los espabilados

Uno de los momentos clave de Oficiales y caballeros es la conversación que tienen Guy y su compañero Ivor, un aristócrata, en un momento crítico de una operación militar que no está saliendo nada bien. Ivor dice:

—Estaba pensando en el honor. Es algo que cambia ¿no? Quiero decir, hace ciento cincuenta años habríamos tenido que batirnos si nos hubieran retado. Hoy nos reiríamos. Tuvo que haber un tiempo hace unos cien años en el que resultara un asunto espinoso.

—Sí. Los teólogos morales nunca fueron capaces de frenar los duelos. Tuvo que venir la democracia para conseguirlo.

—Y en la próxima guerra, cuando seamos completamente democráticos, supongo que será bastante honorable que los oficiales abandonen a sus hombres. Se dispondrá en las Reales Ordenanzas como un deber, para mantener un cuadro de mando que adiestre a nuevos hombres que reemplacen a los prisioneros.

—Quizá a los soldados no les gustará mucho ser adiestrados por desertores.

—¿No crees que, en un ejército verdaderamente moderno, se les respetaría más por ser espabilados. Supongo que nuestro problema reside en que nos encontramos en el periodo espinoso… como un hombre retado en duelo hace cien años.

(…) Ivor su puso en pie diciendo:

—En fin, el sendero del honor aguarda sobre la colina —y se alejó».

Evelyn Waugh. Oficiales y caballeros (Officers and Gentlemen, 1955). Madrid: Cátedra, 2010; 427 pp.; col. Letras universales; edición crítica y traducción de Carlos Villar Flor; ISBN: 978-84376-2644-4. [Vista del libro en amazon.es]

27 diciembre, 2013
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