Lo malo de la educación moderna

Educación (desde arriba)Educación (desde arriba)
 

Un rasgo importante de Retorno a Brideshead es la categoría que alcanzan los personajes secundarios: podrían calificarse de dickensianos pero Evelyn Waugh, a diferencia de Dickens, no se recrea en ellos y les da únicamente las dimensiones que necesita para construir su trama. Uno, no el más importante pero sí un tipo de personaje muy reconocible dentro de nuestras sociedades, es Rex Mottram, el hombre de negocios y político que se casa con Julia Marchmain. Para bautizarse, antes de casarse recibe instrucción católica del padre Mowbray que, un día, les dice a los Marchmain:

—«Lo malo de la educación moderna es que nunca se sabe hasta qué punto la gente es ignorante. Con personas de más de cincuenta años se puede adivinar con bastante exactitud qué se les ha enseñado y qué no. Pero estos jóvenes tienen una fachada muy inteligente, muy informada, y luego, de repente, se quiebra la costra y se perciben profundidades de confusión que uno ni siquiera sospecharía existieran».

En ese momento, la pequeña de la familia, la que había provocado con sus bromas que la ignorancia de Mottram quedara de manifiesto, lo califica de «tonto divertido», y la madre de «niño idiota». Años más tarde, Julia le recuerda del siguiente modo:

—«No era en absoluto un ser humano completo sino un trocito de ser humano, que se había desarrollado de una manera extraña, poco natural; como dentro de una botella, como un órgano mantenido vivo en un laboratorio. Yo creía que era algo así como un salvaje bueno, pero me equivoqué; era algo absolutamente moderno y al día, que sólo esta época espantosa podría producir. Un trocito muy pequeño de hombre que juega a ser un hombre entero».

Evelyn Waugh. Retorno a Brideshead (Brideshead revisited, 1945). Barcelona: Tusquets, 2008, 7ª ed.; 412 pp.; col. Andanzas; trad. de Caroline Phipps; ISBN: 978-84-7223-251-8. [Vista del libro en amazon.es]

20 diciembre, 2013
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